Me parece inaudito lo que algunos son capaces de hacer sólo para que su nombre aparezca en la recopilación de decadencia que se publica anualmente con el nombre de Libro Guinness de Récords Mundiales (Guinness World Records). Me imagino a quienes son capaces de arriesgar su propia integridad persiguiendo el sueño de efímera y extravagante fama que obtienen quienes entran a formar parte del libro, como sujetos con algún tipo de problema afectivo o emocional... Porque, sinceramente, no logro racionalizar porqué alguien se propone (y consigue!!) batir el récord de mayor peso levantado por una lengua humana (en poder del neozelandés Alastair Galpin, con unos atroces 1,7 kg!!). Tampoco alcanzo a entender los motivos que, seguramente, tendría el alemán Dutchman Wim Hoff para permanecer en un recipiente lleno de cubitos de hielo durante más tiempo (1 hora, 42 minutos y 22 segundos). Ni soy capaz de comprender a Danny Higginbottom (EE.UU.), poseedor del récord inmersión a poca profundidad más elevada, gracias a un salto realizado desde una altura de 8,86 m a una piscina hinchable de sólo ¡¡25 cm de profundidad!! (imagen de la derecha).
Reconozco que, quizá, no sea demasiado justo con los calificativos usados en esta entrada para referirme al Libro Guinness. No todos los nombres que contiene pertenecen a gente tan... especial, ni las marcas batidas son tan... peculiares. También incluye récords de carácter científico, tecnológico o artístico, cuyo espíritu se encuentra en el polo opuesto de los ejemplos del párrafo anterior. Sin olvidar los casos más amargos: los de aquellos protagonistas involuntarios, cuyo nombre forma parte del Libro Guinness muy a su pesar, y que, si estuviera en su mano, cambiarían esa sombría referencia por el discreto anonimato que disfrutamos la mayoría de nosotros.
El mejor ejemplo de este último grupo, su más ilustre componente, podría ser Charles Osborne (la imagen que tenéis a la derecha es una de las pocas que he encontrado sobre él), ya que está registrado en el Libro Guinness desde 1992 como la persona que ha sufrido durante más tiempo seguido un ataque de hipo (cuyo nombre científico es singultus). Nacido en 1894 en Anthon (Iowa, Estados Unidos), y fallecido en 1991, comenzó a padecer los incómodos espasmos una mañana de 1922, mientras pesaba un cerdo antes de proceder a su matanza. Pero, en lugar de que éstos finalizaran tras varios minutos, como nos sucede al resto de mortales, el americano puso en marcha el cronómetro de una marca inalcanzable, no pudiendo dejar de hipar durante los siguientes 68 años de su vida.
La cadencia de las contracciones comenzó siendo, aproximadamente, de 40 al minuto (o lo que es lo mismo, ¡¡un hipo cada segundo y medio!!). En julio de 1986 se supo que este ritmo había disminuido hasta los 20-25 hipos por minuto, finalizando repentina y misteriosamente el 5 de junio de 1990. A partir de estos datos, alguien pensó que merecía la pena calcular el número de veces que hipó durante los más de 68 años que padeció el singultus. El resultado alcanzó la increíble cifra de 430 millones de hipos.
Y aunque nunca encontró una cura, el caso es que Charles Osborne pudo llevar una vida más o menos normal. Se casó dos veces, tuvo ocho hijos y pudo trabajar para ganarse la vida y sacar adelante a su numerosa familia. La fama que fue adquiriendo con el paso de los años, le llevó a ser invitado a varios programas de televisión de Estados Unidos, donde confesó que su mayor preocupación era que, en un espasmo se le saliera de la boca su dentadura postiza, cayera al suelo y se rompiera. Y por si alguno de vosotros os habéis preguntado qué sucedía con el hipo mientras dormía, parece ser que su diafragma no le concedió tregua alguna, manteniendo fijo el ritmo de las contracciones, independientemente de su estado onírico...
El mejor ejemplo de este último grupo, su más ilustre componente, podría ser Charles Osborne (la imagen que tenéis a la derecha es una de las pocas que he encontrado sobre él), ya que está registrado en el Libro Guinness desde 1992 como la persona que ha sufrido durante más tiempo seguido un ataque de hipo (cuyo nombre científico es singultus). Nacido en 1894 en Anthon (Iowa, Estados Unidos), y fallecido en 1991, comenzó a padecer los incómodos espasmos una mañana de 1922, mientras pesaba un cerdo antes de proceder a su matanza. Pero, en lugar de que éstos finalizaran tras varios minutos, como nos sucede al resto de mortales, el americano puso en marcha el cronómetro de una marca inalcanzable, no pudiendo dejar de hipar durante los siguientes 68 años de su vida.
La cadencia de las contracciones comenzó siendo, aproximadamente, de 40 al minuto (o lo que es lo mismo, ¡¡un hipo cada segundo y medio!!). En julio de 1986 se supo que este ritmo había disminuido hasta los 20-25 hipos por minuto, finalizando repentina y misteriosamente el 5 de junio de 1990. A partir de estos datos, alguien pensó que merecía la pena calcular el número de veces que hipó durante los más de 68 años que padeció el singultus. El resultado alcanzó la increíble cifra de 430 millones de hipos.
Y aunque nunca encontró una cura, el caso es que Charles Osborne pudo llevar una vida más o menos normal. Se casó dos veces, tuvo ocho hijos y pudo trabajar para ganarse la vida y sacar adelante a su numerosa familia. La fama que fue adquiriendo con el paso de los años, le llevó a ser invitado a varios programas de televisión de Estados Unidos, donde confesó que su mayor preocupación era que, en un espasmo se le saliera de la boca su dentadura postiza, cayera al suelo y se rompiera. Y por si alguno de vosotros os habéis preguntado qué sucedía con el hipo mientras dormía, parece ser que su diafragma no le concedió tregua alguna, manteniendo fijo el ritmo de las contracciones, independientemente de su estado onírico...
Y tras una vida tan poco envidiable, supongo que a la mayoría de vosotros (entre los que yo también me incluyo...) os gustaría que la historia de Charles Osborne tuviera un final feliz, ¿verdad? Pues no sabéis cómo lamento tener que contaros su desenlace... Como ya sabéis, el 5 de junio de 1990, su hipo, simplemente, finalizó. ¡¡No alcanzo a imaginar el grado de satisfacción que debió sentir al verse, por fin, liberado de tan incómodo compañero de viaje!! Y aunque en ese momento ya contaba con 96 años de edad, pocos humanos sabrían apreciar mejor y podrían disfrutar más de un placer tan elemental como es... no hipar. Pero Charles Osborne no estaba destinado a disfrutar de su inmensa felicidad durante mucho tiempo. El 1 de mayo de 1991, menos de un año después de que concluyera su singultus, nuestro desdichado protagonista fallecía debido a complicaciones sufridas una cirujía realizada en unas úlceras.
No logro encontrar mejor forma de ilustrar la sensación de amargura que me produce este desenlace, que mediante la letra de una canción de la que no conozco ni el título ni quién fue su autor (actualizo gracias a la información aportada por "Uno contra el Mundo", quien me indica que la canción es "El tango alegre") Hablaba sobre el monólogo de desgracias, infortunios, traiciones y contratiempos que formaban la vida de un pobre hombre, quien lo sobrellevaba con estoico tesón. Un día que iba a la iglesia "a dar gracias a dios", un trozo de cornisa sobre él se desplomó. En su última agonía, blasfemó contra su dios. Fue el único pecado de su vida y el que le condenó. La canción termina así: Y allá desde el infierno, se le oye decir "¡¡Esto es vida!! ¡¡Esto es vivir!!". Imagino que si existieran cielo e infierno (¡¡que no existen!!), fuera posible preguntarle cómo se siente, y tuviera ánimo para respondernos, Charles Osborne se descolgaría con unas declaraciones parecidas, ¿no creéis? Por cierto, casi se me olvida deciros que cuenta con una pregunta propia en el popular Trivial Pursuit, aunque supongo que este honor tampoco le serviría como consuelo...
No logro encontrar mejor forma de ilustrar la sensación de amargura que me produce este desenlace, que mediante la letra de una canción de la que no conozco ni el título ni quién fue su autor (actualizo gracias a la información aportada por "Uno contra el Mundo", quien me indica que la canción es "El tango alegre") Hablaba sobre el monólogo de desgracias, infortunios, traiciones y contratiempos que formaban la vida de un pobre hombre, quien lo sobrellevaba con estoico tesón. Un día que iba a la iglesia "a dar gracias a dios", un trozo de cornisa sobre él se desplomó. En su última agonía, blasfemó contra su dios. Fue el único pecado de su vida y el que le condenó. La canción termina así: Y allá desde el infierno, se le oye decir "¡¡Esto es vida!! ¡¡Esto es vivir!!". Imagino que si existieran cielo e infierno (¡¡que no existen!!), fuera posible preguntarle cómo se siente, y tuviera ánimo para respondernos, Charles Osborne se descolgaría con unas declaraciones parecidas, ¿no creéis? Por cierto, casi se me olvida deciros que cuenta con una pregunta propia en el popular Trivial Pursuit, aunque supongo que este honor tampoco le serviría como consuelo...
Y como estoy convencido que los más fieles seguidores (y también alguno que no lo sea tanto...), hace rato que se os ha venido a la cabeza una famosa escena, incluida en un capítulo de Los Simpsons, que parecía inspirada en el propio Charles Osborne, la he buscado, la he encontrado y, ya puesto, la he publicado. Bajo estas líneas tenéis el vídeo a modo de digno epílogo (sólo 10 segundos de duración).
Que interesante, gracias por la información. Si es que hay vidas que.... de mucha energía deben de disponer para seguir hipando durante tanto tiempo. Un abrazo.
ResponderEliminarPobre hombre, su vida fue una tortura y su muerte parece un mal chiste...aunque por otra parte, se liberó de lo frustrante que debió ser perder el hipo hasta (literalmente) su último año en este mundo.
ResponderEliminarSaludos Enfermos.
Qué cruz le cayó.
ResponderEliminarUn abrazo.
EMEJOTA, EL DIABLO Y SENOVILLA!!! MIS MÁS FIELES COMENTARISTAS, LOS MÁS RÁPIDOS EN ALEGRARME UN POST... SIEMPRE AL PIE DEL CAÑÓN!! LLOVIENDO, NEVANDO O CON 40º A LA SOMBRA!!!
ResponderEliminarEmejota!! Pues sí, la verdad es que el acto de hipar debe consumir sus calorías... "Así se le quedó ese tipillo al bueno de Charles Osborne!!" ;)
Unos besos p'allá!!
Buenas noches (por aquí)-tardes (por allí), Diablo!!
ResponderEliminarTragedia de vida. Comedia de muerte. ¿Sabes que, entre los dos, hemos sacado un título de película bastante apañao??
Ahora en serio: no querría su vida ni envuelta en papel de regalo!! Yo, con dos minutos de hipo al mes, me da un agobio que no te puedes ni imaginar. Por suerte, me funciona con un porcentaje elevadísimo la técnica de beber un vaso de agua al revés...
Aunque lo de aguantar la respiración me han dicho que también va de perlas: si no respiras, te mueres, y hasta la fecha, no se conoce ningún muerto que tenga hipo... ;)
Joder, estoy inspirado... UN ABRAZO, GÜEY!! (no será despectivo, verdad??)
Más bien, Senovilla, se tiró 68 años deseando que se le cayera encima cualquier cosa: una cruz, una "equis", una maceta, un meteorito...
ResponderEliminarCualquier cosa mejor que la eternidad de semejante tortura...
Aunque, por lo que he comentó en los programas de TV, tampoco se le veía demasiado agobiado... Como si considerara que podrían pasarle cosas peores que un ataque de hipo de 68 años de duración!!! A mí, personalmente, no se me ocurren...
Un abrazo. Nos vemos en las "convivencias"!!! (¿has visto que bien traído??)
Hola que tal soy July la webmaster de una web de videos estuve viendo tu blog y está muy bueno, me gustaria añadirlo a mi web, si estas deacuerdo no dudes en escribirme, besos.
ResponderEliminarhttp://www.hoyvideosonline.com
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seo2@promocionwebperu.com
Hola July!! Te respondo con un privado a tu dirección de correo, vale??
ResponderEliminarbuenas suso.
ResponderEliminarveamos el lado positivo.
es la excusa perfecta para quitarse de encima las comidas con la suegra,las broncas del jefe(seguro que no te llama porque se pone nervioso),en fin, se me ocurren cien situaciones en las que sacarle partido a su singultus.
ademas,si su mayor preocupacion era que se le salieran "los piños" al hipar,deduzco que no tenia que estar muy traumatizado.
es peor la alitosis,no hace gracia ,aleja a los amigos y no te hace famoso fuera del barrio o del pueblo.
salud y fuerza en el empuje.
Joer, Cheka... la verdad es que me has dejado impresionado!!
ResponderEliminarHombre, no es que te imagine con pinta y mentalidad de "emo", pero desconocía esta capacidad tuya para extraer "agua de un cactus" (metáfora propia improvisada sobre la marcha!!), o sea, para encontrar argumentos optimistas en lo que, para mí, no deja de tener el aspecto de la peor y más cruel tortura militar!!
El de la familia es que es genial!! A ver, déjame probar... tampoco te obligaría tu mujer a ir a misa los domingos, sobre todo si subes voluntariamente un poco el volumen de cada espasmo... ¿qué tal???
Por cierto, lo del jefe nervioso me ha recordado una reunión que tuve en Mallorca a solas con un arquitecto... "Hola, encantado, siéntese..." y cuando empieza él a hablar... resulta que era tartamudo!!! Y no pude evitar ni una sola vez que, cuando se atrancaba en una palabra (es que parecía de chiste, te lo juro!!), yo se la terminara!! Menos mal que el tío estaba acostumbrado y acabamos riéndonos, pero te juro que lo pasé fatal, y no sabía ni para donde mirar!!!
Otro día te cuento la anécdota de cuando conocí a mi primer (y de momento único) daltónico, que son unas risas!!!
Ah!! Que conste que a ti también te cuento como fiel comentarista, eh??? Un abrazo, Cheka!!
Chacho! Me alegro de ver otro
ResponderEliminar"actualais" del blog ... Ya llevaba tiempo esperándolo.
Y aunque no puedo ver el vídeo desde el curro... ¿Es el de "Hip! Mátenme! Hip! Mátenme!", que no?
Brutal.
Unos besotes!!
KAIXO, BROTHER!!
ResponderEliminarEstoy empanao!! No sé cómo he leído tu comentario, que he entendido que habías encontrado una errata en el post, concretamente la palabra "actualais"... Te diría que me he tirado media hora releyendo la entrada, intentando encontrarla, pero mentiría. Como tú bien sabes (o no...), este problema se soluciona mejor así: "Control + F", y de la parte inferior emerge una barra de herramientas. Escribes la palabra que buscas y del trabajo sucio se encarga... ¡¡coño!! ¿quién? Bueno, quien sea lo hace genial, y te remarca en verde las veces que la encuentra en el texto de la ventana activa...
Ah!! Efectivamente, no podía ser otro vídeo!! Para mí, uno de los momentos más memorables de la serie junto a la respuesta de Homer al camarero que le pregunta qué quiere beber para acompañar la media vaca a la parrilla que acaba de encargar... "¿Y de beber? De beber, albóndigas!!"
La siguiente entrada va a tardar menos que esta, prometido... Se ha demorado tanto porque conozco lo absorbente y avasalladora que se pone Alba cuando estamos los 2 solos y me ve frente al ordenador... Se acerca con su disparador de reiteración de preguntas, mete su cuerpecito entre la pantalla y mi cabeza, y dispara su ¿Esto qué es...? ¿Esto qué es...? ¿Esto qué es...? ¿Esto qué es...?, en un eterno retorno que convierte en imposible la redacción de un post en condiciones...
Bueno, y que en casa de mamá no había internet también ha tenido algo que ver... ;D
CUÍDATE, BROTHER!!
Me sirvo de tu blog para confirmar tu sospecha, si, tuvo mucho que ver con la pregunta que te planteabas. Un abrazo.
ResponderEliminarla cancion que mencionas es el "tango alegre" http://www.youtube.com/watch?v=UfrYx8K9tno
ResponderEliminarbueno muchas personas son capaces de hacer algnas barbaridades para que su nombre aparezca..
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