sábado, 25 de septiembre de 2010

El enclave de Llivia

Incluso en un campo, a priori, tan poco atractivo como la geografía política, se pueden encontrar algunas curiosidades que merecen la pena ser mencionadas. Una de las que más me ha llamado la atención es la que se refiere a los estados doblemente aislados. Se trata de aquellos países que se caracterizan porque ni ellos, ni ninguno de los demás estados con los que comparte frontera, tienen salida al mar. En la actualidad sólo existen dos casos en el mundo: Liechtenstein y Uzbekistán, y éste último gracias a que el Mar Caspio se considera, más que un mar, un lago cerrado de agua salobre.

Otra curiosidad geo-política, y que además constituye el tema central de este post, es la que poseen determinados territorios que los convierte en un enclave, es decir "un territorio que está totalmente rodeado por un territorio extranjero". Un ejemplo de enclave, a nivel de nación, sería el Reino de Lesoto, completamente rodeado por la República de Sudáfrica. "Cuando dicho territorio (municipio, distrito, provincia, comunidad autónoma, región, estado, etc.) pertenece políticamente a otro", hablaremos de exclave, muy empleado en geografía política, aunque el término no esté reconocido en el D.R.A.E. La siguiente imagen aclarará bastante los anteriores términos.

El territorio C es enclave en A y exclave de B.

Quizá uno de los enclaves más conocidos de nuestro país sea el Condado de Treviño, perteneciente a la provincia de Burgos, y completamente incluido en la provincia de Álava. Pero desde luego, no es el único, ya que España cuenta con numerosos ejemplos, que se pueden consultar en este enlace, de modo que sólo mencionaré alguno de los más destacados, como el Rincón de Ademuz, exclave valenciano en territorio de las comunidades autónomas de Aragón (Teruel) y Castilla-La Mancha (Cuenca), y de mayor extensión incluso que el Condado de Treviño. O el municipio navarro de Petilla de Aragón, dentro de la comarca zaragozana de Cinco Villas, y que además presenta la curiosidad de estar formado por dos enclaves: el principal y el separado de Los Bastanes.

Lo que no sabía hasta hace bien poco, es que España cuenta con un exclave... ¡¡dentro de territorio francés!! Se trata del municipio gerundense de Llivia, y no os costará mucho trabajo imaginar la poca gracia que les debe hacer a nuestros vecinos del norte, tan chovinistas ellos... Y menos aún a aquellos franceses que hayan profundizado un poco en su historia, en busca de los motivos por los que este territorio no pertenece a su país, y hayan descubierto los argumentos "formales" en los que se apoyó el representante de la corona para conseguir que el municipio siguiera bajo soberanía española.

Localización del enclave de Llivia (en verde),
referido a la provincia de Gerona (en crudo).

Vamos a retroceder en la historia hasta el 7 de noviembre de 1659. Ese día, lo que por aquel entonces eran las Coronas de España y Francia, firman en la Isla de los Faisanes el Tratado de los Pirineos, con el que se ponía punto final al conflicto iniciado en 1635 entre ambas monarquías, durante la Guerra de los Treinta Años. En virtud de este tratado, Francia conseguía arrebatar a España numerosos territorios de las comarcas catalanas del Vallespir, el Conflent y el Rosellón, así como una parte de la Cerdaña, la cual debería precisarse posteriormente.

Un año más tarde, las negociaciones entre Francia y España continuaron, precisamente, en Llivia. El objetivo de la reunión era concretar el nombre de los pueblos de la Cerdaña que pasarían a formar parte de Francia. Llivia habría sido, irremediablemente, uno de ellos, de no ser por la inteligente estrategia de Miquel de Salbà i de Vallgornera, representante de Felipe IV en las negociaciones. Apoyándose en la literalidad del texto ya redactado, y para asombro del Obispo de Orange (quien acudía en representación de Luis XIV), argumentó que Llivia no podía incluirse entre los pueblos que España cedería a Francia, debido a que no se trataba de un pueblo, sino de un villa...

Y no le faltaba razón, ya que, unos 120 años antes,
el Emperador Carlos V, firmaba un escrito en el que confirmaba ciertos privilegios concedidos a Llivia por sus antecesores, concediendo al pueblo el título de "Villa y parroquia de Llivia". El representante de la corona francesa no pudo (o no supo) desmontar este argumento, por lo que no le quedó más remedio que aceptarlo, aunque consiguió incluir en el texto definitivo del tratado la condición de que Llivia nunca podría ser fortificada. Finalmente, el 12 de noviembre de 1660, se firma el Tratado de Llivia, merced al cual, el municipio se convertía en el único exclave de España en Francia.

Es posible que me deje llevar demasiado por un cliché, y haríais bien en reprochármelo, pero me da la sensación de que nunca ha habido sintonía entre franceses y españoles. Y una cuestión tan delicada como la existencia de un enclave español en suelo francés, parece un caldo de cultivo idóneo para la aparición de problemas territoriales entre ambos países. Aunque debo reconocer que el conflicto más destacable, que ha pasado a la historia como la Guerra de los stops, tardó mucho más tiempo en producirse de lo que, personalmente, habría apostado...

Mapa de Llivia. En rojo, la frontera España-Francia.
En azul, la carretera D-68.

Para entender el conflicto, es necesario citar la firma de los Tratados de Bayona (entre 1856 y 1868), con los que se fijó el trazado formal de la frontera entre Francia y España. Formando parte del tercer tratado (de 1866), quedó establecido que la carretera que une Llivia y Puigcerdá (D-68 en el tramo francés, N-154 en los tramos españoles), sería de libre circulación. Y durante casi cien años, ningún suceso relacionado con esta concesión fue digno de aparecer mencionado en los libros de historia, hasta que, a principios de los años 60 del siglo pasado, Francia construye dos carreteras que se cruzan con el trazado de ésta vía: la D-30 y la E-09 (también denominada N-20).

La "Guerra de los stops" tiene su origen en la colocación por parte de Francia, de señales de STOP en el trazado de su carretera D-68, obligando al tráfico entre Llivia y Puigcerdá a pararse y ceder el paso a los vehículos que circulaban por las vías francesas. El gobierno español no entendió la colocación de los stops como una violación del Tratado de Bayona... No así los usuarios habituales de la carretera, quienes, apoyándose en la literalidad del concepto de "libre circulación", comenzaron a arrancar las señales de STOP, incluso durante varios días seguidos. Este activismo se mantuvo durante casi 20 años, hasta que, a principios de los años ochenta, España financió la construcción de un puente sobre la carretera E-09, de cuyo mantenimiento se encargaría el gobierno francés, y que podéis ver bajo estas líneas.




Puente de la carretera D-68 francesa, sobre la E-09.

En el otro cruce, el gobierno francés decidió conceder la prioridad a los vehículos que circulaban por la carretera entre Llivia y Puigcerdá. Esta solución provisional se mantuvo hasta que, en 2001, Francia construyó una rotonda (siguiente imagen) que eliminaba el problema y terminaba definitivamente con la "Guerra de los stops".



Imagen de la rotonda, construida en 2001,
en el cruce entre las carreteras D-30 y D-68.

Merece la pena indicar que la carretera D-68 estuvo vedada a vehículos que no tuvieran matrícula española hasta 1995, año en el que entró en vigor el Tratado de Schengen, que eliminaba los controles fronterizos dentro del denominado espacio de Schengen, formado por la mayoría de los Estados miembros de la Unión Europea y algunos terceros países...

Fuentes: Fronterasblog, Wikipedia (esta, esta, esta, esta, esta, esta, esta, esta, esta, esta y esta), Llívia y Eric Hurtebis (en francés, traducido al castellano aquí).

viernes, 3 de septiembre de 2010

La mejor manera de enrollar el cable del cargador del móvil

Desde que vi este vídeo (3:00 min) por primera vez (fue en microsiervos, aunque la fuente original es de pulso digital, que fue quien lo subió a youtube), me considero un fiel seguidor de su técnica para enrollar el cable del cargador del móvil.

Por fin alguien pone punto y final a los continuos Nudos gordianos a los que había que enfrentarse cada vez que tocaba cargar la batería del móvil, y el cable de tu cargador y el de tu pareja habían decidido, por su cuenta, y amparados en la oscura soledad del fondo de un cajón, fundirse en una profunda, irrepetible e inseparable maraña de negros tentáculos!!



Fuente: Pulso digital, microsiervos ,wikipedia y youtube.

jueves, 26 de agosto de 2010

Marte no tiene una bandera, ¡¡tiene muchas!!

Los humanos tenemos tendencia a pensar que, en caso de existir (de lo cual no tengo ninguna duda), los extraterrestres no sólo serán físicamente muy parecidos a nosotros, sino que compartirán con nuestra especie numerosos aspectos psicológicos y comportamientos sociales. Entre estos últimos, suponemos que tendrán la misma necesidad de agruparse en clanes territoriales y de elegir símbolos que les servirán para identificarse entre ellos mismos y diferenciarse del resto de clanes... Y como todo el mundo sabe que nuestros vecinos de Marte no tienen experiencia a la hora de crear símbolos, ni buen gusto para combinar colores, algunos visionarios del pensamiento único, decidieron encargarse de la elaboración de la bandera de Marte.

Uno de los requisitos que debe cumplir una bandera para obtener la categoría de oficial, es que exista una autoridad con poder para adoptarla como propia, y por lo que sabemos hoy de nuestro planeta vecino, no sólo no cuenta con una clase dirigente, sino que es posible que ni siquiera albergue ningún tipo de vida... Por lo tanto, ninguna bandera que pretenda representar a Marte puede ser considerada oficial, lo que no ha impedido que organismos como la Mars Society o la Sociedad Planetaria (The Planetary Society) hayan elegido y aprobado como bandera de Marte, la que tenéis bajo estas líneas:


La bandera fue sugerida durante el verano de 1999 a Robert Zubrin, presidente de la Mars Society, por Pascal Lee, responsable del equipo técnico de la Mars Arctic Research Station (Estación de Investigación del Ártico de Marte, fijaos que sus siglas son MARS, Marte en inglés). Eligió los colores rojo, verde y azul inspirado por la popular trilogía marciana de Kim Stanley Robinson Marte Rojo (1992), Marte Verde (1993), y Marte Azul (1996), que, a su vez, son la representación de las etapas del proceso de terraformación de Marte (propuesta teórico-científica que bien merece su propia entrada): rojo para el estado actual de Marte, verde para el segundo paso en el que aparece la vegetación, y azul para el planeta totalmente terraformado y dotado de atmósfera.

Pero no iba a ser esta la primera ocasión de la Historia en la que toda la humanidad se pusiera de acuerdo en algo, y son numerosas las voces que se pueden escuchar contra la bandera tricolor elegida, cada una esgrimiendo sus motivos, y la mayoría proponiendo para su consideración sus diseños personales de nueva bandera. A continuación podéis ver algunos de los más destacados:

La imagen inferior corresponde a la bandera diseñada en 1984 por Thomas O. Paine, Administrador de la NASA entre 1965 y 1970 y Director de la Sociedad Planetaria. Emplea su símbolo astronómico, círculo con flecha apuntando hacia arriba a la derecha, para representar a Marte, incluyendo sus casquetes de hielo polar. El cuarto de círculo azul de la esquina inferior izquierda simboliza nuestro planeta. El añadido de la estrella, otorgó de un mayor simbolismo a la bandera: Marte indica el camino desde la Tierra hacia las estrellas (Richard Knipel en flagspot.net)

Aunque en un principio fue su elección, en la actualidad, la Sociedad Planetaria se ha decantado por la bandera tricolor, por lo que no debe ser considerada como propuesta. Cada año, la Sociedad Planetaria entrega una copia de esta bandera a los ganadores del Premio a la Promoción de la Exploración Humana de Marte.

Propuesta de la Asociación de Exploradores de Marte. Sobre fondo blanco, el disco rojo representa Marte, con sus casquetes de hielo polar inclinados. El círculo y la cruz, similares a un punto de mira, simbolizan el objetivo de la asociación dirigido hacia el planeta rojo.

Diseño la sección alemana de la Mars Society, que rechaza la propuesta tricolor por carecer de simbolismo. Se intentó que no se pareciera a la de ninguna nación, y que fuera fácilmente identificable, incluso cuando se representara en blanco y negro.

Otro miembro de la Mars Society que les ha salido contestatario con el diseño tricolor es Michael Orelove, por lo que diseñó y propuso una nueva bandera de Marte para su consideración.

El medio círculo amarillo corresponde al Sol, el círculo rojo sería Marte, las líneas naranjas son las órbitas de los planetas rocosos, ocupando Marte la cuarta de ellas (tras Mercurio, Venus y la Tierra). La línea de la esquina superior derecha corresponde a la órbita de Júpiter. Bajo estas líneas, Michael Orelove (a la derecha) posando con la bandera junto a su equipo.

El siguiente diseño lo encontré en el weblog de Abyssal, quien también critica que la bandera tricolor tenga un simbolismo demasiado superficial. Su propuesta se basa en el proceso de terraformación, y, como él mismo explica, el fondo negro representa el espacio y el círculo rojo a Marte. La franja azul simboliza el agua y el verde la vegetación. Entre ambas, el amarillo representa el Sol, común a los habitantes de la Tierra y de Marte.

Además de las anteriores propuestas, en la red se pueden encontrar otros diseños de bandera de Marte que han aparecido en la ficción, tanto en libros como en películas o videojuegos. He seleccionado sólo cinco de ellas, para que la entrada no quede demasiado extensa...

Greg Bear describe, en su novela de ciencia ficción "Marte se mueve", la bandera de la ficticia República Federal de Marte de la siguiente manera: "Rojo Marte y dos lunas en el campo azul sobre una diagonal, blanco abajo".

Esta es la bandera de Marte que portaba Marvin el Marciano, personaje de los Looney Tunes.

La siguiente bandera se puede ver en la película de 1996 "Mars Attack", dirigida por Tim Burton. No se puede negar el parecido con la pirámide truncada y coronada por "el ojo que todo lo ve", que aparece en el reverso de los billetes de un dólar de Estados Unidos...

Bandera de Marte incluida en el vídeo juego Zone of the Enders. Las siglas UCM significan United Colonies of Mars.

Y por último, mi preferida. Diseñada por Mark Knoke y claramente inspirada en la bandera japonesa, es obvio lo que representa: un planeta rojo en la oscuridad del espacio.


Fuentes: Wikipedia (este, este, este, este y este, el último en inglés), flagspot (en inglés), Mars Society, Sociedad Planetaria, Astro Society (en inglés), Mars Explorers (en inglés) y Abyssal's Weblog (en inglés).

jueves, 19 de agosto de 2010

La desdichada vida de Charles Osborne

Me parece inaudito lo que algunos son capaces de hacer sólo para que su nombre aparezca en la recopilación de decadencia que se publica anualmente con el nombre de Libro Guinness de Récords Mundiales (Guinness World Records). Me imagino a quienes son capaces de arriesgar su propia integridad persiguiendo el sueño de efímera y extravagante fama que obtienen quienes entran a formar parte del libro, como sujetos con algún tipo de problema afectivo o emocional... Porque, sinceramente, no logro racionalizar porqué alguien se propone (y consigue!!) batir el récord de mayor peso levantado por una lengua humana (en poder del neozelandés Alastair Galpin, con unos atroces 1,7 kg!!). Tampoco alcanzo a entender los motivos que, seguramente, tendría el alemán Dutchman Wim Hoff para permanecer en un recipiente lleno de cubitos de hielo durante más tiempo (1 hora, 42 minutos y 22 segundos). Ni soy capaz de comprender a Danny Higginbottom (EE.UU.), poseedor del récord inmersión a poca profundidad más elevada, gracias a un salto realizado desde una altura de 8,86 m a una piscina hinchable de sólo ¡¡25 cm de profundidad!! (imagen de la derecha).

Reconozco que, quizá, no sea demasiado justo con los calificativos usados en esta entrada para referirme al Libro Guinness. No todos los nombres que contiene pertenecen a gente tan... especial, ni las marcas batidas son tan... peculiares. También incluye récords de carácter científico, tecnológico o artístico, cuyo espíritu se encuentra en el polo opuesto de los ejemplos del párrafo anterior. Sin olvidar los casos más amargos: los de aquellos protagonistas involuntarios, cuyo nombre forma parte del Libro Guinness muy a su pesar, y que, si estuviera en su mano, cambiarían esa sombría referencia por el discreto anonimato que disfrutamos la mayoría de nosotros.

El mejor ejemplo
de este último grupo, su más ilustre componente, podría ser Charles Osborne (la imagen que tenéis a la derecha es una de las pocas que he encontrado sobre él), ya que está registrado en el Libro Guinness desde 1992 como la persona que ha sufrido durante más tiempo seguido un ataque de hipo (cuyo nombre científico es singultus). Nacido en 1894 en Anthon (Iowa, Estados Unidos), y fallecido en 1991, comenzó a padecer los incómodos espasmos una mañana de 1922, mientras pesaba un cerdo antes de proceder a su matanza. Pero, en lugar de que éstos finalizaran tras varios minutos, como nos sucede al resto de mortales, el americano puso en marcha el cronómetro de una marca inalcanzable, no pudiendo dejar de hipar durante los siguientes 68 años de su vida.

La cadencia de las contracciones comenzó siendo, aproximadamente, de 40 al minuto (o lo que es lo mismo, ¡¡un hipo cada segundo y medio!!). En julio de 1986 se supo que este ritmo había disminuido hasta los 20-25 hipos por minuto, finalizando repentina y misteriosamente el 5 de junio de 1990. A partir de estos datos, alguien pensó que merecía la pena calcular el número de veces que hipó durante los más de 68 años que padeció el
singultus. El resultado alcanzó la increíble cifra de 430 millones de hipos.

Y aunque nunca encontró una cura, el caso es que Charles Osborne pudo llevar una vida más o menos normal. Se casó dos veces, tuvo ocho hijos y pudo trabajar para ganarse la vida y sacar adelante a su numerosa familia. La fama que fue adquiriendo con el paso de los años, le llevó a ser invitado a varios programas de televisión de Estados Unidos, donde confesó que su mayor
preocupación era que, en un espasmo se le saliera de la boca su dentadura postiza, cayera al suelo y se rompiera. Y por si alguno de vosotros os habéis preguntado qué sucedía con el hipo mientras dormía, parece ser que su diafragma no le concedió tregua alguna, manteniendo fijo el ritmo de las contracciones, independientemente de su estado onírico...

"¡¡Hipar o no hipar, esa es la maldita cuestión!!"

Y tras una vida tan poco envidiable, supongo que a la mayoría de vosotros (entre los que yo también me incluyo...) os gustaría que la historia de Charles Osborne tuviera un final feliz, ¿verdad? Pues no sabéis cómo lamento tener que contaros su desenlace... Como ya sabéis, el 5 de junio de 1990, su hipo, simplemente, finalizó. ¡¡No alcanzo a imaginar el grado de satisfacción que debió sentir al verse, por fin, liberado de tan incómodo compañero de viaje!! Y aunque en ese momento ya contaba con 96 años de edad, pocos humanos sabrían apreciar mejor y podrían disfrutar más de un placer tan elemental como es... no hipar. Pero Charles Osborne no estaba destinado a disfrutar de su inmensa felicidad durante mucho tiempo. El 1 de mayo de 1991, menos de un año después de que concluyera su singultus, nuestro desdichado protagonista fallecía debido a complicaciones sufridas una cirujía realizada en unas úlceras.

No logro encontrar mejor forma de ilustrar la sensación de amargura que me produce este desenlace, que mediante la letra de una canción de la que no conozco ni el título ni quién fue su autor (actualizo gracias a la información aportada por "Uno contra el Mundo", quien me indica que la canción es "El tango alegre") Hablaba sobre el monólogo de desgracias, infortunios, traiciones y contratiempos que formaban la vida de un pobre hombre, quien lo sobrellevaba con estoico tesón. Un día que iba a la iglesia
"a dar gracias a dios", un trozo de cornisa sobre él se desplomó. En su última agonía, blasfemó contra su dios. Fue el único pecado de su vida y el que le condenó. La canción termina así: Y allá desde el infierno, se le oye decir "¡¡Esto es vida!! ¡¡Esto es vivir!!". Imagino que si existieran cielo e infierno (¡¡que no existen!!), fuera posible preguntarle cómo se siente, y tuviera ánimo para respondernos, Charles Osborne se descolgaría con unas declaraciones parecidas, ¿no creéis? Por cierto, casi se me olvida deciros que cuenta con una pregunta propia en el popular Trivial Pursuit, aunque supongo que este honor tampoco le serviría como consuelo...

Y como estoy convencido que los más fieles seguidores (y también alguno que no lo sea tanto...), hace rato que se os ha venido a la cabeza una famosa escena, incluida en un capítulo de Los Simpsons, que parecía inspirada en el propio Charles Osborne, la he buscado, la he encontrado y, ya puesto, la he publicado. Bajo estas líneas tenéis el vídeo a modo de digno epílogo (sólo 10 segundos de duración).



Fuentes: wikipedia, wikilingue, Guinness World Records y youtube.

jueves, 22 de julio de 2010

Albert Abrams, "Maestro de Charlatanes del siglo XX"

En la letra del famoso tango de 1934 "Cambalache", se describe el siglo XX como "un despliegue de maldad insolente", acertada reflexión con la que, desde luego, estoy completamente de acuerdo. No en vano, durante esos cien años, multitud de aspirantes acumularon méritos suficientes como para que sus nombres pasaran a la historia junto al título de "Maestro de Charlatanes". Pero entre todos ellos, destaca un tal Albert Abrams (fotografía de la derecha), considerado por la Asociación Médica Americana (AMA) como el candidato que más claramente merece ser recordado con este incómodo estigma, lo que me lleva a pensar que debió tratarse de un individuo... único. Eso sí, entiéndase único con la mayor carga peyorativa que se le pueda atribuir...

Albert Abrams nació el 8 de diciembre de 1863 en San Francisco, California. Con tan sólo 19 años, acabó la carrera de Medicina en la Universidad de Heidelberg, aunque algunas fuentes consultadas afirman que falsificó su título. En cualquier caso, con menos de 30 años ya era presidente de la Sociedad Médica de California, llegando a ser profesor de patología en el Colegio Médico Cooper y presidente de la Sociedad Médico Quirúrgica de San Francisco. Si de por sí, ya es un Currículum impresionante para cualquiera, ¡¡qué podríamos decir si perteneciera a alguien que, realmente, hubiera falsificado su
doctorado!!

Los hechos por los que está considerado "Maestro de Charlatanes del siglo XX", sucedieron a partir de 1900, año en el que Abrams comenzó a desarrollar el concepto matriz en torno al cual se vertebró su posterior fraude global, y que se conoce con el nombre de Radiónica. La premisa básica de su propuesta era la siguiente: todas las partes del cuerpo emiten impulsos eléctricos con diferentes frecuencias, que varían con la salud y la enfermedad. Es decir, en el interior del cuerpo de cualquier persona existen ciertas frecuencias de energía, las cuales, gracias al empleo de determinados dispositivos eléctricos, pueden detectarse, sintonizarse y ser convertidas en valores numéricos. Comparando los datos obtenidos con los parámetros contenidos en ciertas tablas radiónicas (publicadas por el propio Abrams, por supuesto), se podría afirmar si el paciente sometido a estudio está sano o enfermo.

Una tabla radiónica. En la columna de la izquierda, se distinguen los nombres de varias enfermedades como tuberculosis, malaria, difteria o tétano. En el resto de columnas se encuentran los valores de comparación entre personas sana o enfermas.

Estos aparatos, en un principio, sólo permitían realizar diagnósticos, pero Abrams tardó poco en darse cuenta de que el auténtico negocio estaba en el desarrollo de equipos capaces de curar. Así que, sin desviarse de la premisa del párrafo anterior, diseñó, fabricó, patentó y, sobre todo, comercializó una amplia gama de dispositivos que podríamos llamar de segunda generación, ya que no sólo eran capaces de identificar cualquier tipo de enfermedad conocida de la época, sino que acababan con la dolencia "mediante la aplicación de las ondas apropiadas para contrarrestar las frecuencias discordantes".

Manual original de Abrams, en el que se describen los procedimientos
a seguir con el Osciloclasto, en caso de pacientes con cáncer
(de órganos sexuales o estómago) o con fiebre de Malta.

Eso sí, donde pone aplicación de ondas apropiadas, podéis sustituirlo por aplicación de descargas eléctricas, ya que Abrams estaba convencido de que los electrones eran el elemento básico de la vida, y no perdió ni un minuto en aprovecharse de los avances tecnológicos que el siglo XX estaba poniendo al servicio de la humanidad, sobre todo en el campo de la electricidad, incorporándola de inmediato a sus dispositivos radiónicos, de los que llegó a desarrollar hasta un total de trece diferentes. Abrams bautizó su... descubrimiento, con el nombre de ERA (Electronic Reactions of Abrams, Reacciones Electrónicas de Abrams).

De izquierda a derecha. Arriba, Hemovitameter y Electron-O-Ray.
Abajo, Osciloclasto y Radioclasto. Cuatro dispositivos ERA.

El primero de ellos, y ante el cual merece la pena detenerse un instante, fue el conocido como Dynomizer, un artilugio similar a una radio (por entonces, una cautivadora novedad, lo que contribuyó a aumentar su encanto...), con la que Abrams afirmaba que podría identificar cualquier enfermedad conocida mediante una sola gota de sangre del paciente. Animado por el gran éxito de este dispositivo, el farsante se fue envalentonando, y comenzó a emitir diagnósticos sobre muestras de cabellos, sangre seca que le enviaban por correo o, inluso, una muestra de escritura a mano. El colmo de la audacia se produjo cuando comenzó a elaborar diagnósticos a partir de una conversación telefónica con el paciente. Pero es que el colmo de la desfachatez lo alcanzó al afirmar que, vía telefónica, y gracias al Dynomizer, podía determinar características de la personalidad del paciente como la religión que profesaba, su hándicap de golf, el sexo, la edad, su ubicación actual o la fecha en la que esa persona iba a morir. Delirante...

Albert Abrams, realizando una demostración de
prueba de diagnóstico con el Dynomizer.

Pero es que hay quien nace con estrella y quien lo hace estrellado. Y no me cabe duda de que Abrams era de los primeros: un artículo publicado en la (al parecer) prestigiosa revista médica de la época Lancet, elogiaba la revolucionaria contribución a la medicina de la Radiónica, y varios médicos de renombre avalaron la teoría. Este golpe de suerte supuso el espaldarazo definitivo a la ERA, y un número cada vez mayor de seguidores abrazaron la teoría, aceptándola casi como dogma.

Así las cosas, en 1918, era posible alquilar equipos de ERA por 200 dólares. Al principio, Abrams alquilaba sus máquinas a médicos que quisieran abrir una franquicia donde curar con su sistema. Posteriormente se amplió la concesión de licencias a enfermeros. Al final, una vez millonario, alquilaba sus dispositivos a cualquiera que pudiera pagarlos. En 1921, ya existían unas 3.500 franquicias, sólo en EE.UU., que utilizaban la tecnología ERA. Eso sí, el arrendatario debía firmar un contrato en el que se comprometía a no abrir nunca el dispositivo ya que, según Abrams, si se abría se podían distorsionar los delicados ajustes internos. La realidad era otra bien distinta: se pretendía evitar que alguien examinara el interior de los dispositivos y descubriera el fraude.

Dispositivo ERA de la primera época, conocido como Reflexófono.

Contenido del Reflexófono: una simple "caja de resistencia",
con las tres secciones conectadas en serie.

En 1923, un hombre mayor a quien le habían diagnosticado cáncer de estómago inoperable, se hizo atender por un profesional de ERA. Tras aplicarle el tratamiento radiónico, fue declarado completamente curado. El hombre murió un mes más tarde. El escándalo provocado por este fallecimiento, forzó a la AMA a tomar cartas en el asunto, por lo que encargó una investigación independiente del posible fraude a la revista Scientific American, la cual gozaba de gran respeto en los ambientes científicos. La publicación estaba interesada en la Radiónica debido a que varios lectores habían escrito cartas a la redacción afirmando que las máquinas revolucionarias de Abrams eran uno de los grandes inventos del siglo, y que era necesario que la revista se hiciera eco de ellas.

Scientific American reunió un equipo de investigadores, quienes trabajaron con un socio anónimo de Abrams, a quien se le dio el seudónimo Doctor X. Los investigadores le hicieron llegar seis frascos con agentes patógenos para que los identificara mediante dispositivos ERA. El Doctor X se equivocó con el contenido de los seis frascos. Cuando le comunicaron el resultado, examinó los envases, y señaló que posiblemente los instrumentos se habían confundido con las vibraciones de las etiquetas escritas con tinta roja. Los investigadores le proporcionaron seis nuevos frascos, con etiquetas menos ofensivas. No os asombrará si os digo que el Doctor X volvió a errar en los seis diagnósticos, ¿verdad...?

Albert Abrams manipulando uno de sus dispositivos, en 1921.

Simultáneamente a la investigación de la revista, un miembro de la AMA envió una muestra de sangre a un médico que trabajaba con las máquinas de Abrams. El diagnóstico fue que el paciente padecía malaria, diabetes, sífilis y cáncer. En realidad la sangre provenía... ¡¡de un gallo!! Muestras idénticas se enviaron a otros médicos de Abrams, obteniéndose respuestas similares, por lo que varios de ellos fueron acusados de fraude. En el proceso abierto en Jonesboro (Arkansas), el propio Abrams fue citado como testigo. No pudo asistir a la vista, porque, paradójicamente, falleció a causa de una neumonía mal diagnosticada en 1924.

Tras su muerte, la revista
Scientific American publicó en septiembre de ese mismo año, un artículo titulado "Nuestro veredicto sobre Abrams: se descubre que las reacciones electrónicas de Abrams y la medicina electrónica en general son completamente inútiles", que pretendía desmontar el fraude, y en el que se podía leer el siguiente extracto: “Las así llamadas Reacciones Electrónicas de Abrams no existen, salvo en la imaginación de quienes las aplican, y no tienen validez alguna. En cuanto al tratamiento con Osciloclasto, que pretende restaurar en el enfermo las condiciones electromagnéticas apropiadas, carece de cualquier valor terapéutico. Toda la técnica electrónica de Abrams, en sus numerosas variantes, no merece el menor interés. En el mejor de los casos, es una ilusión; en el peor, un colosal fraude”.

Anuncio publicitario del Osciloclasto portátil de onda corta.

A día de hoy, se sabe que la ERA contradice principios básicos de la biología y la física, y que no existe ninguna base científica para los campos de energía que propone. El funcionamiento de sus dispositivos se puede describir como mágico, ya que ni los propios campos ni sus efectos terapéuticos han podido ser demostrados. Ningún aparato radiónico ha sido encontrado eficaz en el diagnóstico o tratamiento de ninguna enfermedad, y la AMA no reconoce ningún uso médico legítimo para ninguno de estos dispositivos, lo que no ha impedido que sigan existiendo seguidores que defienden la veracidad de la ERA y, por supuesto, incautos dispuestos a dejarse estafar a cambio de un diagnóstico... Apropiándome de la frase que Ramón emplea en su post dedicado a Albert Abrams, "es más difícil acabar con la estupidez que con las cucarachas..."

Por cierto, no me gustaría que se me olvidara mencionar que, en el momento de su muerte, Albert Abrams era inmensamente rico...


Fuentes: wikipedia (esta y esta), Un barco más grande, Nolindan y Albert Abrams (sitio oficial, en inglés)

sábado, 17 de julio de 2010

"Sopa de cariño", de Poncho K

"Sopa de cariño" forma parte del álbum de 2005 "Cuantovaqueré", del sevillano Poncho K.

Según sus propias palabras, su música es "rock con pinceladas flamencas, poesía callejera".



"no hay un rincón en la Tierra
donde a martillazos
ni a golpes de soneto,
tomar sopas de cariño..."

Fuentes: youtube y Poncho K.

domingo, 4 de julio de 2010

Un captcha poco habitual...

A partir del año 2000, empezó a popularizarse el empleo en computación de una prueba desafío-respuesta, cuya misión era distinguir cuándo un usuario que pretende utilizar ciertos servicios (como participar en una encuesta, publicar un comentario en un blog o enviar correo basura) es o no humano, evitando el acceso a estos servicios de robots, también llamados spambots. Dicha prueba ha pasado a ser conocida con el nombre de CAPTCHA, acrónimo de Completely Automated Public Turing test to tell Computers and Humans Apart (Prueba de Turing pública y automática para diferenciar máquinas y humanos).

Puede que el nombre y la anterior definición os haya sonado a chino, pero sabéis perfectamente a qué me refiero: se trata de ese conjunto de caracteres, por lo general letras o números, que se muestran en pantalla como una imagen distorsionada, y que deben reescribirse correctamente como condición indispensable para que vuestro comentario aparezca publicado en un blog. Se supone que una máquina no es capaz de comprender e introducir la secuencia de forma correcta, por lo que solamente un humano podría hacerlo.

Si no sois unos recién llegados a la blogocosa, es casi imposible que no os hayáis encontrado alguna vez frente a algún
captcha... Aunque seguramente ninguno como el del formulario de registro de nuevos usuarios de esta página, donde han sustituido la secuencia de caracteres, por una opción algo más... técnica. Desde luego, si existe alguna relación entre la dificultad de los captchas, y la recompensa que se obtendrá de una correcta resolución, darse de alta como usuario en esta página debe reportar beneficios de gran valor intelectual...

Sólo para demostrar que usted es humano,
por favor resuelva el siguiente desafío matemático.
Si usted no sabe la respuesta a esta pregunta, vuelva a cargar la página
y (probablemente) conseguirá otra cuestión, más sencilla.


A día de hoy, la página sigue activa, proponiendo numerosos captchas distintos al de la captura, algunos incluso más sencillos (como una simple ecuación de segundo grado...). Os animo, a la vez que os desafío, a superar el reto y daros de alta como ususarios...

Fuente: Quantum Random y wikipedia.

sábado, 26 de junio de 2010

Laberintos vegetales del siglo XXI

El origen de los laberintos vegetales debemos buscarlo en la Inglaterra del siglo XII, desde donde se extendieron por toda Europa, especialmente por Francia e Italia. Se construían en los jardines de palacios y mansiones, y su diseño respondía a motivos de tipo lúdico, como original divertimento para los miembros de las familias más acomodadas, y como lugar propicio para una cita amorosa. Hoy en día su construcción no sólo no se ha extinguido, sino que son extraordinariamente populares en países como Estados Unidos, aunque las razones para justificar su creación son más prosaicas que las de antaño: desde la promoción publicitaria hasta el negocio del entretenimiento para turistas.

Pero hay otra característica que distingue ambos tipos, y que a su vez explica su actual proliferación: mientras que los antiguos laberintos se idearon para ser observados y disfrutados a
ras de tierra, los contemporáneos se diseñan, ante todo, con la premisa de que podrán ser contemplados desde el aire, con el observador a bordo de cualquier medio de transporte aéreo. Pero también, y casi diría sobre todo, se tiene en cuenta el otro método que permite una vista cenital de los laberintos, el cual merece ser considerado como uno de los logros tecnológicos del siglo XXI: el servicio gratuito Google Maps (y el posterior programa Google Earth).

Os cuento todo esto porque me he tropezado con una recopilación de laberintos mientras paseaba por el foro de la Comunidad Google Earth (en inglés), desde donde se puede descargar una colección completa con 21 laberintos en formato
KMZ, que directamente te añade todas las localizaciones al menú "Lugares" de tu Google Earth, lo que facilita enormemente el trabajo de quienes pretendáis visitarlos todos...

Yo me he permitido realizar la siguiente selección, con sólo nueve de ellos. Bajo cada imagen he añadido su localización geográfica (todos ellos en Estados Unidos), una breve exposición de su significado, y el enlace para poder ver el laberinto en Google Maps. Que los disfrutéis!!


Situado junto a la Interestatal 40, en Nuevo México, el laberinto mide aproximadamente 1/4 de milla (unos 400 metros). Se trata del anuncio publicitario de una estación de radio, y representa una cabeza de lobo. Míralo en Google maps.

Bajo el título "Recordando a nuestros soldados del Valle", se distingue la imagen de un soldado arrodillado en un cementerio, en actitud de duelo. Se encuentra en el Estado de Texas, cerca de la Interestatal 83. Míralo en Google maps.

Bajo la leyenda "Arizona ama a Oprah", la cara de la presentadora Oprah Winfrey. Evidentemente, en Arizona. Míralo en Google maps.

Situado junto a la población de Bluebell (Utah). El nombre de la localidad podría traducirse como "Campanilla", tema elegido para el laberinto. Míralo en Google maps.

Ubicado en Chatfield, Colorado. Se trata de un anuncio del Jardín Botánico de Denver, donde además se indica (esquina superior izquierda) que cuenta con un local de Starbucks Coffee (la franquicia dedicada al café más grande del mundo). Sobre el Sol naciente, la leyenda Expande tu mente. Míralo en Google maps.

Laberinto en una plantación de maíz en Preston, Connecticut. Se distinguen las dos guitarras eléctricas. Míralo en Google maps.

Se encuentra en Portsmouth, Rhode Island. Cuenta con un tractor y una escena de campo. El título podría traducirse (creo) como Finca de Escobar desde 1937. Míralo en Google maps.

Representación de la película El Mago de Oz, con el camino de baldosas amarillas, la Ciudad Esmeralda, el arco iris y hasta el globo aerostático del mago. Imagen tomada en Terrebonne, Oregon. Míralo en Google maps.

Laberinto de maíz titulado Piratas del Caribe, con el barco, el cofre del tesoro y el rostro del Capitán Jack Sparrow. El terreno forma parte de una especie de Granja Escuela, de nombre Granjeros de Charley, y se encuentra en Monroe, Michigan. Míralo en Google maps.

Fuentes: Google maps, bbs keyhole, wikipedia (esta, esta y esta)
Related Posts with Thumbnails