domingo, 28 de junio de 2009

Experimentos sociológicos históricos. Primera parte

La psicología social es una de las cuatro ramas principales de la psicología. Se dedica a estudiar, mediante método científico cuantitativo, cómo la presencia real, imaginada o implicada de otros individuos ejercen influencia sobre nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos. Habitualmente, la psicología social obtiene los datos en los que apoyar su conclusiones realizando experimentos sociológicos, que son, a grandes rasgos, procedimientos mediante los cuales se trata de comprobar, confirmar o verificar una o varias hipótesis relacionadas con un determinado fenómeno, manipulando las variables que presumiblemente son su causa.

He creído necesaria esta introducción, aunque haya resultado bastante espesita, apuntando conceptos básicos sobre el tema, para tener un punto de partida desde el cual comprender porqué se realizaron los experimentos sociológicos sobre los que trata esta entrada, cómo se obtienen las conclusiones y las pautas seguidas en la interpretación de los resultados. No perdáis detalle de lo manipulable y cobarde que puede ser el alma humana bajo ciertas condiciones, bien estudiadas, o lo sencillo que resulta hacer que afloren los instintos animales más primarios, rechazando el pensamiento racional y confirmando una vez más la famosa reflexión de Thomas Hobbes: "El hombre es un lobo para el hombre".

El experimento de Asch.

Realizados en 1951 y conducidos por Solomon Asch, los experimentos de conformidad con el grupo de Asch buscaban demostrar que la presión social sobre las personas puede inducirlas al error voluntario. Pongo en negrita el adjetivo porque, a mi entender, es el aspecto más significativo de las conclusiones.

El procedimiento.
Los experimentadores, pidieron a unos estudiantes su participación en unas sencillas “pruebas de visión”, del estilo señalar la línea más corta entre tres opciones, responder si una línea era más larga que otra, cuáles tenían la misma longitud, etc. La imagen inferior corresponde a dos cartas empleadas en una de las pruebas del experimento, que consistía en identificar cuál de las tres opciones de la carta de la derecha tenía la misma longitud que la línea de referencia de la carta de la izquierda.

En realidad todos los participantes excepto uno, al que llamaron sujeto crítico, eran cómplices del experimentador, y ya habían recibido instrucciones de éste sobre cómo responder a sus preguntas. El experimento consistía realmente en observar las reacciones del sujeto crítico frente al comportamiento del grupo de cómplices. Se reunía al grupo, compuesto por entre 7 y 9 estudiantes, en un aula donde el experimentador explicaba en qué consistía cada "prueba de visión". El sujeto crítico era colocado, sin que él tuviera conciencia de ello, en un lugar estratégico del aula, más bien alejado, y por lo general era el penúltimo o el último en responder, de forma que conocía la tendencia mayoritaria elegida por los demás participantes. Cada sujeto, uno por uno, daba su respuesta, realizándose un total de 12 ensayos. Al principio, el sujeto crítico se sentía confiado, en la medida que respondía correctamente junto a los otros participantes. Pero cuando el resto de participantes empezaba a dar en conjunto una respuesta errónea, deberíamos suponer que la mayoría de sujetos críticos no se conformarían con responder algo obviamente erróneo. Esto fue lo que ocurrió...

Resultados y conclusiones.
Aunque la mayoría de sujetos críticos contestaba correctamente, muchos demostraban un malestar extremo al hacerlo por el hecho de no coincidir con la mayoría. El dato buscado por el experimento, y en definitiva obtenido, fue el siguiente: un 33% de sujetos críticos se conformaba con el punto de vista mayoritario del resto cuando, a la hora de dar su respuesta, había al menos tres cómplices presentes, incluso aunque la respuesta de la mayoría fuese escandalosamente errónea, como opinar que dos líneas con varios centímetros de longitud de diferencia eran iguales. Evidentemente, cuando los cómplices no emitían un juicio unánime (o inmensamente mayoritario) era más probable que el sujeto disintiera que cuando estaban todos de acuerdo. Los sujetos que no estaban expuestos a la opinión de la mayoría no tenían ningún problema en dar la respuesta correcta. Curiosamente, muchos de los sujetos críticos que respondía equivocadamente para así coincidir con la mayoría, achacaban su error a su propia “mala vista” o a su "falta de juicio", en un evidente y lamentable intento de justificación, a sabiendas de que habían cometido un error voluntario. El objetivo de la investigación era estudiar las condiciones que inducen a los individuos a permanecer independientes o a someterse a las presiones de un grupo, aunque éstas sean contrarias a la realidad. Quedó demostrado significativamente el poder de la conformidad en los grupos, o sea, el grado hasta el cual los miembros de un grupo social cambiarán su comportamiento, opiniones y actitudes para encajar con las opiniones del grupo. Dudamos de nuestra propia opinión si nos damos cuenta de que socialmente está mal vista o es impopular. Mi visión sobre la espíritu humano es más cruel: por naturaleza somos cobardes, y buscamos instintivamente protección. Nada como el grupo para sentirnos seguros, y nada como el aislamiento para saberse desamparado.

El experimento de la cárcel de Stanford.

Fue llevado a cabo en 1971 por un equipo de investigadores liderado por Philip Zimbardo (imagen lateral) de la Universidad de Stanford, y estuvo subvencionado por la Armada de los Estados Unidos, que buscaba una explicación a los conflictos en su sistema de prisiones y en el del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos. Si hallaban dicha explicación, podrían empezar a pensar en soluciones. Puede que a muchos de vosotros os suene, y no sería extraño, ya que en 1999, el escritor alemán Mario Giordano publicó la novela Black Box, inspirada en el experimento, y el también germano Oliver Hirschbiegel dirigió en 2001 la película Das Experiment (El experimento), basada a su vez en la novela de Giordano. También en 2001, la BBC realizó el documental The Experiment, recreándolo con voluntarios. Tuvo que cancelarse por la preocupación pública acerca del bienestar de los participantes.

El procedimiento.

El experimento pretendía recrear con dos grupos de voluntarios las condiciones de vida diaria de una prisión, y así observar cómo afectaba el cautiverio a las autoridades, a los guardias y a los reclusos. Por medio de anuncios en los periódicos, y una oferta de paga de 15 dólares diarios por participar en la “simulación de una prisión”, se reclutaron los 24 individuos que estimaron más saludables y estables psicológicamente de entre los 70 aspirantes presentados. Los participantes eran mayoritariamente blancos, jóvenes y de clase media, y todos eran estudiantes universitarios. Se dividió el grupo de 24 jóvenes en dos mitades: los “prisioneros” y los “guardias”. Aunque se ha llegado a rumorear que los guardias fueron elegidos por tener la complexión física más robusta, en realidad se asignaron los papeles mediante el lanzamiento de una moneda. La prisión simulada se instaló en el sótano del departamento de psicología de la Universidad de Stanford.
Zimbardo, quien se adjudicó a sí mismo el cargo de superintendente de prisión para también participar del experimento, estableció varias condiciones específicas esperando que provocaran desorientación, despersonalización y desindividuación.

Los guardias: recibieron porras y uniformes caqui de inspiración militar. También se les proporcionó gafas de espejo que impidieran el contacto visual con los prisioneros. Su trabajo se regía por un horario, haciendo turnos, al final de los cuales, podían regresar a sus casas. Sucedió que muchos se prestaron voluntarios para hacer horas extra sin paga adicional.

El día anterior al experimento, los guardias fueron citados a una reunión de orientación, donde se les impuso una única regla: estaba prohibido ejercer la violencia física. Eso sí, también les aclararon que su responsabilidad era dirigir la prisión, lo que podían hacer de la forma que creyesen más conveniente. La siguiente cita del propio Zimbardo clarifica cuáles eran esas formas que el experimentador dejaba a la decisión de los guardias, pero que deseaba que se vieran reflejadas en el experimento.
"Podéis producir en los prisioneros que sientan aburrimiento, miedo hasta cierto punto, podéis crear una noción de arbitrariedad y de que su vida está totalmente controlada por nosotros, por el sistema, vosotros, yo, y de que no tendrán privacidad... Vamos a despojarles de su individualidad de varias formas. En general todo esto conduce a un sentimiento de impotencia. Es decir, en esta situación tendremos todo el poder y ellos no tendrán ninguno."
Los prisioneros: sólo podrían vestir batas de muselina, sin ropa interior, y sandalias con tacones de goma, específicamente escogidas por Zimbardo para forzarles a adoptar “posturas corporales no familiares” y contribuir a su incomodidad. Se les designaría por números en lugar de por sus nombres, los cuales llevarían cosidos a las batas. Para simular que tenían las cabezas rapadas, a semejanza de los reclutas durante su instrucción, llevarían medias de nylon en la cabeza. Además, deberían cargar durante todo el experimento con una pequeña cadena alrededor de sus tobillos como “recordatorio constante” de su encarcelamiento y opresión.
Con los prisioneros no hubo reunión previa. Simplemente debían esperar en sus casas. El día que comenzase el experimento, recibirían una visita en su domicilio. Sin previo aviso fueron detenidos por policías reales del departamento de Palo Alto e imputados por un delito de robo a mano armada. Todos ellos sufrieron el procedimiento habitual de detención policial, incluyendo la toma de una fotografía, de huellas dactilares, la lectura de sus derechos... Cuando el proceso finalizó, fueron trasladados a la prisión ficticia, donde fueron desnudados, despiojados, y tomaron posesión de sus nuevas identidades y su nuevo vestuario (incluyendo la media para el pelo y la cadena para los tobillos.
Los acontecimientos.
Desde el principio, el experimento se descontroló terriblemente. Voy a narraros una serie de los acontecimientos más destacados que se fueron sucediendo durante solamente cinco días, porque el primero resultó relativamente anodino.
El segundo día se desató un motín. Los guardias se ofrecieron voluntariamente a hacer horas extras y disolver la revuelta, atacando a los prisioneros con extintores y disparándoles chorros de espuma, sin la supervisión directa del equipo investigador. Desde ese momento, los guardias empezaron a dividir a los prisioneros situándolos en bloques de celdas para "buenos" y "malos", levantando así las sospecha de la existencia de algún informante entre ellos. Los recuentos, inicialmente ideados para que los prisioneros se familiarizaran con sus números identificativos, evolucionaron hacia experiencias traumáticas en las que los guardias atormentaban a los prisioneros y se les imponía castigos físicos.
El derecho a ir al lavabo pasó a ser un privilegio, a menudo denegado. Se retiraron los colchones de las celdas ocupadas por los "malos", obligándoles a dormir desnudos en el suelo. La comida comenzó a ser negada frecuentemente como castigo. También se les obligó a ir desnudos y a llevar a cabo actos homosexuales como humillación.

El cuarto día, ante el rumor de un plan de fuga, Zimbardo y los guardias intentaron trasladar el experimento a un bloque de celdas reales de la policía, pero se rechazó su petición... ¡¡alegando preocupaciones por el seguro!! El sadismo de los guardias no dejó de incrementarse, particularmente por las noches, cuando pensaban (erróneamente) que las cámaras estaban apagadas. Aproximadamente un tercio de los guardias mostraron lo que fue definido como "tendencias sádicas genuinas".
Una nueva estrategia de Zimbardo y los guardias consistió en ofrecer la "libertad condicional" a cambio de la paga (recordad, los 15 dólares diarios por los se habían presentado al experimento...) La mayoría de los prisioneros aceptó el trato. Pero cuando la "libertad condicional" fue rechazada, ninguno abandonó el experimento, lo cual llevó a Zimbardo a reafirmarse en su tesis de que los participantes habían internalizado sus papeles, ya que no tenían ninguna razón para seguir participando si eran capaces de rechazar la compensación material para abandonar la prisión.
Mientras tanto, algunos prisioneros comenzaron a mostrar desórdenes emocionales agudos. Los llantos y el pensamiento desorganizado se volvieron comunes. Dos de los jóvenes sufrieron traumas tan severos que tuvieron que ser retirados del experimento y reemplazados por nuevos prisioneros. Uno de ellos, nada más llegar y tomar conciencia de lo que estaba sucediendo, inició una huelga de hambre. Fue recluido en confinamiento solitario durante tres horas. El resto de prisioneros lo tomaron como un alborotador que les causaría problemas. Ante estas expectativas, los guardias ofrecieron dos alternativas: podían entregar sus mantas o dejar al rebelde en confinamiento solitario durante toda la noche. Ninguno de ellos durmió sin sus mantas...
El experimento finalizó prematuramente al sexto día. Christina Maslach, una estudiante introducida para realizar entrevistas, objetó que la prisión mostraba unas pésimas condiciones. Zimbardo se percató de que, de las más de cincuenta personas externas al experimento que habían visitado la prisión, ella fue la única que cuestionó su moralidad. Por cierto, que varios guardias expresaron su descontento con esta decisión.
Conclusiones.
Como se trató más de un trabajo de campo, fue imposible llevar a cabo los controles científicos requeridos por el método científico cuantitativo. Si a esto le sumamos que Zimbardo no fue un mero observador neutral, sino que controló la dirección del experimento como superintendente, las conclusiones y las observaciones de los investigadores son muy cuestionadas por su subjetividad y la falta de ética del experimento en sí, siendo muchas las voces que se preguntan si se podrían generalizar los resultados del experimento (entre ellos, mi admirado Erich Fromm)
Pero alguna conclusión sí podemos extraer, como que el experimento demuestra la impresionabilidad y la obediencia de la gente cuando se les proporcionan una ideología legitimadora y el apoyo institucional. Esta pauta la veremos nuevamente cuando hablemos sobre el experimento de Milgram (que además era sobre el que quería publicar esta entrada, pero me he ido liando, liando...)

Para mí, Zimbardo tenía razón en su teoría de que los participantes internalizaban sus papeles, tanto los guardias, obviamente, desde su posición de adictiva sensación de poder, como los prisioneros, reafirmados como clase oprimida y con algo que une mucho: los enemigos comunes.
Una conclusión más, de andar por casa, y de cosecha propia, sería esta: los prisioneros sufrieron las humillaciones de los guardias, su tratamiento sádico y sus castigos. Conocen el dolor y las consecuencias de estos actos. Pero si se cambiaran los papeles, ellos actuarían de igual forma, haciendo uso de los mismos métodos represores y las mismas herramientas a las que tuvieran acceso. Nuevamente, el alma humana sale bastante mal parada cuando es llevada al límite. A la primera señal de necesidad, el abuso de poder salta las trincheras y se hace con el dominio. Crueldad gratuita, venganzas pretendidamente anónimas, tendencias sádicas genuinas, como mencionan los mismos autores... Nada bueno que decir de los humanos después de conocer los acontecimientos de la prisión ficticia...

Dejamos para la semana que viene el resto de experimentos que quería compartir con vosotros y que de hecho ya tengo preparados, pero que harían este post eterno: el mencionado de Milgram, el del Buen Samaritano y, si no sale un post demasiado largo, el de la apatía de Bystander. De todos ellos podemos sacar conclusiones tan útiles e interesantes, como estremecedoras y deprimentes. De vosotros depende con qué cara de la moneda os quedáis.
Alguien ha subido el post a appez, una de esas páginas similares a menéame, y que a mí me resultan mucho más agradables, aunque sólo sea porque no contienen publicidad. Desde este enlace podéis acceder y darle un "meneo" (lo siento, es difícil modificar el vocabulario, y mucho más complicado aún, crear un vocablo nuevo sin la referencia de menéame...).
Fuentes: jesulink, wikipedia (esta, esta, esta, esta, esta y esta)

Yes, we can-demor...

Genial imagen, genial eslogan... Lo cierto es que yo aún me cuento entre los que siguen imitando al gran Chiquito, y no pierdo ocasión de soltar un "¡¡hasta luego, Lucas!!", "te das cuen??" o "¡¡no puedor, no puedor!!". Llamadme friki si queréis, pero cuando me encontré con la imagen, y tras la carcajada que me provocó el eslogan, ya resultaba imposible evitar que acabara publicada...

Fuente: Latrola.

sábado, 27 de junio de 2009

Modifica el favicon de tu blog

Actualización importante: Me comenta Max Birrax que todos los pasos que os explico en el post, sirven cuando vuestro navegador es Mozilla. Bajo el Explorer no funciona, por lo tanto, tampoco veréis modificado mi favicon si navegáis con I.E. Buscaré la forma y, cuando lo descubra, publicaré un nuevo post... De todas formas, no hacéis nada malo instalando y navegando con Mozilla. Así que, antes de nada, pediros disculpas...

Alguno ya os habréis dado cuenta, pero para los que no prestéis demasiada atención a este tipo de abalorios (pijadas, según otras fuentes consultadas...), he modificado el favicon del blog. Antes de que alguno de vosotros lo preguntéis, favicon (abreviatura del inglés "favorites icon") es el icono asociado a una página web, que aparece a menudo al lado de la dirección de la misma, en los favoritos junto al título de la página que allí tenemos guardada o junto a las pestañas abiertas por Mozilla. La imagen de la derecha es el favicon de blogger, conocido de sobra por la mayoría de nosotros, y el mismo que he conseguido reemplazar por otro que aparenta ser un tridente.

Seguramente haya otros métodos, pero el que os describo en este post, para los que ya tenéis un cierto nivel en estos temas, comprobaréis que es extremadamente sencillo. Como con tantas otras cosas relacionadas con blogger, el primer paso, y en muchas ocasiones el más importante, consistió en descubrir que era posible modificar el favicon, lo cual aprendí al conocer el blog de Logio, que tiene un favicon que me encanta. El resto es pan comido, ya veréis, pero lo voy a intentar explicar con todo lujo de detalles, para que los profanos como yo en HTML no se pierdan.

Lo primero será elegir un nuevo favicon para nuestro blog. Puede tratarse de una fotografía de vuestra propia biblioteca, pero deberéis tener en cuenta que, por lo reducido de su tamaño, resulta imposible apreciar ningún tipo de detalle. En este sitio encontraréis más de 400 favicones (¿se escribirá así el plural?), muchos de ellos bastante famosos. Bajo estas líneas podéis ver una selección con algunos de los que me he descargado yo...

Una vez que os hayáis decidido por alguno, guardad la imagen en vuestro ordenador: pinchando sobre ella con el botón derecho del ratón, "guardar imagen como". El nuevo favicon que hayáis elegido, que deberá tener formato jpg, gif o png, tendremos que subirlo a algún sitio de alojamiento de fotografías. Yo uso ImageShack porque me pareció bastante sencillo de usar. Pero podéis emplear cualquier otro, siempre que, al subir el archivo de imagen, nos devuelva una dirección URL, ya que la necesitaremos posteriormente. Os resumo rápidamente el proceso: una vez en ImageShack, os encontraréis una pantalla como la de la imagen inferior. Pinchamos primero en "Browse..." para buscar el archivo en nuestro ordenador. Una vez seleccionada, clicamos en "start upload!" para que la página inicie el proceso de carga de nuestra imagen.

Dependiendo del tamaño del archivo, puede tardar un tiempo en cargarse. Pero en este caso, la carga será bastante rápida porque el archivo del nuevo favicon debe pesar sólo 1 ó 2 Kb. Cuando la página haya concluido su proceso de carga, os aparecerá una pantalla como la siguiente imagen, donde encontraréis, entre otras cosas, una dirección URL referida a la imagen. Es la dirección "http" que está dentro de la línea roja, junto a "Direct link to image", o sea, "enlace directo a la imagen". Copiad esa dirección "http" (podéis pegarla en un archivo de texto, pero no de Word, usad el Bloc de notas)

Si a estas alturas de entrada, seguís leyendo, es que estáis de verdad decididos a cambiar de favicon. Lo que queda es lo más delicado del proceso, ya que tendremos que modificar la plantilla HTML, insertando el siguiente código:

Sustituiremos la parte {image url} por la dirección URL que hemos obtenido de la página donde hayamos alojado la imagen del favicon. En mi caso, el código definitivo quedó así:

Si no tenemos un poco de cuidado, modificar la plantilla HTML puede suponer, en el caso más extremo, que perdamos nuestro blog. Los que, como yo hace dos meses, no tengáis ni la más remota idea de lo que es la plantilla HTML, a grandes rasgos os diré que es el ADN de vuestro blog. Modificarla eliminando una línea, una letra o un espacio puede ser realmente grave si no sabéis lo que estáis haciendo, así que os voy a dar el consejo que me dio a mí Max Birrax en su día: creaos otro blog en el que hacer experimentos con la plantilla HTML, y al dar las condiciones iniciales, marcad la casilla para que los buscadores (google, yahoo...) no lo muestren entre sus resultados de búsqueda. A nadie le interesará visitar vuestro banco de pruebas, ¿no?

Pero si modificáis directamente la plantilla HTML de vuestro sitio, siempre, siempre, antes de tocar nada, debéis realizar una copia de seguridad de la misma: clicando en Descargar plantilla completa (en azul, subrayado, arriba a la derecha), guardamos el archivo en nuestro disco duro. Así, en caso de que tengamos algún problema, podremos recuperar la plantilla tal y como era antes de que la modificáramos...

Después de estos consejos, que nunca debemos olvidar ni tomar a la ligera, os cuento dóne está la plantilla HTML y cómo llegar a ella: clicamos en "Personalizar" (arriba a la derecha, desde la pantalla de inicio de vuestro blog), en la pestaña "Diseño", que es la que aparecerá por defecto, "Edición de HTML", hasta llegar a una pantalla como la de la imagen inferior. Si, en lugar de "Personalizar", lo que os aparece es "Crear un blog / Acceder", clicamos en "Acceder", introducimos nuestra contraseña de Blogger, y seguimos la ruta "Diseño", "Edición de HTML".

Localiza en tu plantilla el código . Lo encontraréis casi al final, justo después del código . Inserta el código de tu nuevo favicon justo entre ambos, exactamente como en la imagen siguiente. En rojo he marcado los códigos que debemos localizar en la plantilla, y en azul, la línea que debemos insertar.

Y listo. Clicamos en "guardar plantilla" (abajo a la izquierda) y, si todo ha ido bien, se habrá modificado el favicon de vuestro blog.

Fuentes: HapiBlogging y wikipedia.

domingo, 21 de junio de 2009

¡¡EL PUTO AMO!!

Siguiendo un buen consejo de Pumuki, tropecé con este el vídeo mientras disfrutaba de mi primera visita a uno de esos blogs que merecen la pena ser conocidos, y que hasta hoy mismo no había tenido el gusto: Meridianos. Espero que Elzo no se tome a mal el descarado robo que le estoy haciendo posteando el mismo vídeo y aprovechando la información de su entrada... Si lees esto, créeme, no he podido evitarlo, ni he encontrado buenas razones para no hacerlo, al menos no tan buenas como las que tengo para compartirlo...

Para que os situéis, estamos en el festival Sasquatch 2009. Ha amanecido despejado y con buena temperatura. Si a esto le sumamos el relajante entorno rural, el día se adivina perfecto para disfrutar de las actuaciones. Nuestro héroe se llama Collin Winter, es natural de Calgary, Canadá, y, aunque él todavía no lo sabe, está a punto de vivir un momento de su vida que nunca olvidará, por intenso, imprevisto y seguramente irrepetible por espontáneo... Elzo titula su post "El puto amo", el mismo título que he elegido yo para el mío, porque no se me ocurre mejor forma de definir cómo debió sentirse el bueno de Collin al experimentar la transformación: de joven solitario de festival, a carismático líder de una legión de incondicionales devotos. La música que suena corresponde a la actuación de la cantante norteamericana Santigold, quien interpretaba el tema "Unstoppable", traducido a nuestro idioma, "Imparable".

Echadle un vistazo (3:06 min) y os comento. "¡¡Dale al play!!"



En fin, que de nuevo me enfundo el disfraz de abogado del diablo, como en la entrada de nuestra querida socorrista tóxica. Resulta que, tras ver el vídeo y leer el post en Meridianos, enlacé para ver si estaba a tiempo de darle un meneo, y descubrí que la mayoría de los comentarios que allí habían dejado, supuraban un tonillo de desprecio hacia nuestro artista. Literalmente: "si ve a uno haciendo el imbécil, ahí van todos, a hacer lo mismo", "no lo acabo de entender", "reírse del tonto".

Pues bien, desde este blog tengo que decir que no, que no tienen ustedes razón. La sensación que a mí me transmite el bueno de Collin viéndole bailar es de total libertad. Me parece que lo que está haciendo es disfrutar a su manera, con sus propias reglas, y sin molestar absolutamente a nadie. Intuyo que ha logrado dejar de ser durante unos minutos (vete tú a saber si durante todo el fin de semana), el actor obligado a representar el papel que todos esperan de él, día tras día, sin salirse nunca del guión. Moviéndose al compás de sus propios impulsos,
con esos curiosos espasmos en los brazos, al ritmo convulso que le brota desde ese punto profundo del alma, donde se cruzan la desvergüenza, la confianza y el más rotundo hedonismo.

Así que yo me pregunto: ¿cuáles son los motivos por los que se le critica en los comentarios? Porque no se trata de opiniones, sino de reproches a una conducta que se sale de lo habitual. Quizá ese sea el inconveniente, uno de los eternos problemas de la humanidad, y que podría resumirse así:
¡¡puritita envidia!! No sé si por ver a alguien disfrutando despreocupadamente, o por saberse incapaz de llegar a conseguirlo. Pero es esa envidia la que hace que señalemos al diferente como enemigo y con la que nos justificamos. Le odiamos por su osadía al recordarnos la casta de cobardes a la que pertenecemos, por aparecer frente a nosotros con la arrogancia del que se sabe a años-luz, por exhibir su inapropiada desinhibición en público mientras yo sólo puedo mirar... y criticar, por supuesto.

Porque para mí la libertad tiene un par de condiciones básicas, con las que seguramente coincidáis. La primera y más importante, es que no debe afectar a la libertad del que está a mi lado. O a su esclavitud, allá cada uno. La segunda condición de la auténtica libertad es que aporte felicidad, que sea un instrumento de satisfacción, generador de sonrisas, risas y carcajadas. ¿Qué sentido tiene la libertad del explotador, del dictador, del exterminador...? ¿Se podrá ser feliz sabiéndose responsable de un holocausto, de una injusticia global, de una situación de pánico generalizada? Difícilmente si no se padece algún tipo de trastorno. Collin cumple las dos premisas sin ningún problema. Y la recompensa a su autenticidad y despreocupación es la instantánea multitud de seguidores
incondicionales, que se apuntan a imitar sus excéntricos, extravagantes y singulares pasos de baile, y que seguramente le hicieron sentirse el centro del Universo durante ese par de minutos...

Así que mi mensaje para Collin es: ¡¡Sigue disfrutando como te dé la gana!! Y que te quiten lo "bailao"...

Y a los comentaristas, por si alguno cayera por aquí y decidiera perder un rato en leer el post: de tolerancia, empatía y respeto... nunca se peca por exceso. Si no se puede decir nada bueno de alguien, lo mejor es callarse la boca...

Fuentes: youtube, aunque primero me lo encontré bicheando en meridianos, de donde también saqué la información.

sábado, 20 de junio de 2009

Historia del canal de Panamá

La historia atribuye al rey Carlos I la autoría de ser el primero, en 1524, en sugerir la idea de excavar un canal en algún lugar de Panamá, que haría los viajes a Ecuador y Perú más cortos y que permitiría que los buques evitaran el peligroso Cabo de Hornos. Desde entonces, muchos han sido los intentos de llevar a la práctica tan descabellada idea. Así, en 1529 se elabora el primer proyecto, pero la situación política en Europa y el nivel tecnológico de la época lo hicieron imposible. En 1695, William Patterson obtuvo el derecho a construir un canal interoceánico en Darién bajo la bandera del inglés Guillermo III. Paterson acompañó a la desastrosa expedición escocesa a Panamá en 1698. Su esposa y su hijo murieron, y él enfermó gravemente, siendo de los pocos sobrevivientes. A su regreso a Escocia, en diciembre de 1699, tanto él como su país estaban prácticamente en bancarrota, por lo que de nuevo se abandonó el proyecto. La idea del canal no reapareció hasta principios del siglo XIX, sugerida por el barón alemán Alexander von Humboldt.

La primera propuesta que podría considerarse viable tuvo su origen en mayo de 1879, cuando el ingeniero Ferdinand de Lesseps, que había completado la excavación del Canal de Suez, presentó en París su Proyecto de Canal Interoceánico. El hecho de haber sido diseñado sin esclusas lo hacía (con la ventajosa perspectiva que nos da el tiempo transcurrido) totalmente inviable, ya que implicaba tener que cavar una enorme trinchera a lo largo del macizo de la Culebra. Aun así, el proyecto se aprobó y se fundó la Compagnie Universelle du Canal Interocéanique de Panama, que recaudó los fondos necesarios para dirigir el proyecto. Las obras se llevaron a cabo desde 1881 hasta 1889, cuando la compañía quiebra, y Lesseps se ve obligado a parar todos los trabajos y abandonar el proyecto.


En ese momento, la compañía pasa a ser asumida por Philippe-Jean Bunau-Varilla, ingeniero jefe de la obra con Lesseps, convirtiéndose en un personaje clave en la finalización del canal. Para empezar, en 1902, mostró en el Senado de Estados Unidos unos sellos nicaragüenses del volcán Momotombo en erupción, logrando que abandonaran la idea de construir el canal en Nicaragua, y optaran por llevarla a cabo en Panamá. También fue responsable de apremiar a Theodore Roosevelt para que el Congreso estadounidense reconociera formalmente a la República de Panamá, independizada de Colombia el 3 de noviembre de 1903, lo cual sucede asombrosamente rápido: el 18 de noviembre de 1903. En esa misma fecha se firma el Tratado Hay-Bunau Varilla, por el que Estados Unidos se comprometía a terminar las obras, obteniendo a cambio los derechos a perpetuidad del canal y una amplia zona de 8 kilómetros a cada lado del mismo, a cambio de una suma de 10 millones de dólares y una renta anual de 250 000 dólares. El 7 de septiembre de 1977, el Presidente Jimmy Carter y el dirigente de Panamá Omar Torrijos firmaron el Tratado Torrijos-Carter, gracias al cual, Panamá recuperaría el control completo del canal el 31 de diciembre de 1999.

Estados Unidos retomó las obras en 1904, y se desarrollaron hasta que, el 7 de enero de 1914, la grúa flotante Alexander La Valle realizó el primer tránsito completo por el canal. Sin embargo, no fue sino hasta el 15 de agosto de 1914 cuando el vapor Ancón lo inauguró oficialmente. Para no abrumaros con multitud de datos, sólo voy a mencionar de pasada los que considero imprescindibles: mide 80 kilómetros de largo, y tiene una profundidad de 12,8 metros en el Atlántico y de 13,7 metros en el Pacífico. Durante su construcción se movieron más de 183 millones de m³ de material (si se pusieran en un tren de plataformas, éste daría cuatro veces la vuelta al mundo). El ancho varía entre 91 y 300 metros. Posee tres juegos de esclusas gemelas de 305 por 33,5 metros: Miraflores, Gatún y Pedro Miguel, cuyas dimensiones se fijaron en función de la eslora y la manga del malogrado Titanic.

Durante el período estadounidense murieron alrededor de 27.500 obreros, tanto por accidentes laborales como a causa de enfermedades, sobre todo, malaria y fiebre amarilla. El número real durante el período francés se desconoce, ya que los franceses registraban sólo las muertes ocurrida en los hospitales, las cuales eran un pequeño porcentaje del total. Se estima en torno a 22.000 la cifra de bajas durante este período.

Sección del canal, para entender la necesidad de las esclusas. Fuente.

Una aterradora anécdota acerca del elevado número de fallecimientos tiene que ver con el escaso conocimiento que se tenía en estas fechas sobre el papel que jugaban los mosquitos en el contagio de la malaria y la fiebre amarilla: para evitar que las hormigas atacaran a los enfermos postrados en camas de hospitales, sus patas no apoyaban directamente en el suelo, sino que era práctica habitual que lo hicieran sobre cuatro recipientes llenos de agua, lo cual impedía que los insectos pudieran trepar por ellas. Lo que no podían suponer es que ese agua, con el paso de los días, acababa convertida en un caldo de cultivo idóneo para el desarrollo de las larvas de mosquitos, los mismos que al nacer, transmitían a los enfermos las casi siempre mortales enfermedades de las que eran portadores. Así, y sin que se supieran las causas, por toda la plantilla de trabajadores era conocido que quien entrara en el hospital, aunque fuera por una lesión leve, tenía muchas papeletas para no salir vivo.

Para finalizar, os propongo cruzar los 80 kilómetros del canal en menos de dos minutos, gracias a la magia de los vídeos en "time-lapse":



Últimamente se ha vuelto práctica habitual, así que, si te ha gustado, puedes pasarte por aquí y pegarle un meneo...

Fuentes: wikipedia (esta, esta, esta, esta, esta, esta y esta) y youtube.

viernes, 19 de junio de 2009

"Wolf Like Me", de TV on the Radio

Unos minutos musicales a cargo del grupo TV on the Radio, y su temazo "Wolf Like Me". El vídeo corresponde a la actuación en directo que ofrecieron en 2006 en el programa de David Letterman. Siguiendo este enlace encontraréis el vídeo oficial.



Fuente: youtube.

lunes, 15 de junio de 2009

"What Shall We Do Now", de Pink Floyd

Si no habéis visto aún la obra maestra The Wall, de Pink Floyd, no sé a qué estáis esperando. Supone una de esas citas ineludibles con la Historia de la Música, en mayúsculas... Así que no lo demoréis mucho. Mientras tanto, aquí tenéis “What Shall We Do Now”, versión extendida y con letras distintas del tema “Empty Spaces”, que es el que aparece publicado en el álbum.

Aunque el verdadero motivo de elegir esta canción, y no Confortably Numb por ejemplo, lo encontraréis al ver el vídeo. Casi cuatro minutos de orgasmo visual, contemplando las animaciones realizadas por Gerald Scarfe. Realmente sublime...


Si alguien no encuentra la película y está interesado, yo la tengo con todas la canciones subtituladas en castellano. Que me ponga un mensaje o un comentario, y vemos qué se puede hacer, antes de que el intercambio de archivos, sin ánimo de lucro, pase a ser delito... ;p.
Fuentes: youtube y wikipedia (esta, esta y esta)

sábado, 13 de junio de 2009

Curiosidades acerca de cinco especies extinguidas

Antes de nada, reconocer a Bovolo como "responsable intelectual" de esta entrada, ya que la idea y la inspiración surgieron a partir de la lectura del post que le dedicó en su blog a la extinción del "dodo". Recordé que la extinción de este singular pájaro aparecía mencionada en el imprescindible Una breve historia de casi todo. Al consultarlo, descubrí que junto a ella, Bill Bryson narraba varias curiosidades sobre otras extinciones sucedidas en tiempos más o menos actuales, y generalmente imputables a la acción directa del hombre.

Vamos a repasar los acontecimientos que provocaron la desaparición de algunas especies, comenzando con "el dodo, el pájaro tonto que acabó extinguido", acertadísimo título que Bovolo dio a su entrada.

Dodo o dronte (Raphus cucullatus).

Los dodos eran aves no voladoras endémicas de la República de Mauricio, país insular ubicado al suroeste del Océano Índico. Estaban relacionadas con las palomas, pero habían dejado de volar para volverse terreros. Eran gordos, pero nada sabrosos, y ya los holandeses que primero lo describieron, se referían a él como “pájaro nauseabundo”, en referencia al gusto de su carne. Su carencia de patas briosas lo convertía en un objetivo irresistible para los jóvenes marineros aburridos. Su aislamiento en las remotas islas no le habían preparado para la conducta errática y profundamente desquiciante de los seres humanos. Se cuenta que si querías cazar a todos los individuos de una zona, no tenías más que coger uno y hacerle graznar, y todos los demás acudirían a ver qué pasaba.

Dibujo de un dodo de 1626, (Roelant Savery). Fuente.

Actualización: Ni me había fijado, pero resulta que el cuadro también es famoso porque Savery pintó el dodo con dos pies izquierdos. Lo mencionan en su entrada de la wikipedia (en inglés), y yo me he enterado por un comentario de Guillermo en Cabovolo.

Y esa fue, seguramente, la causa de su extinción: su carácter bobalicón y confiado. A finales del siglo XVII se eliminó de la faz de la tierra, simplemente por diversión, un animal que no nos había hecho ningún mal y del que ni siquiera se aprovechaba su carne. Pero aquí no acaban las indignidades cometidas contra el pobre dodo. En 1775, el director del Museo Ashmoleano de Oxford decidió que el individuo disecado de la institución, el único que se conservaba en todo el mundo, se estaba poniendo desagradablemente mohoso, y no se le ocurrió otra idea que mandar que lo quemasen. Un empleado que pasaba se percató e intentó salvar el ave, pero no pudo rescatar del fuego más que la cabeza y parte de una pata. Triste final para un ser vivo que no necesitaba de nosotros para sobrevivir más que nuestra ausencia...

Por cierto, la imagen que podéis ver junto a estas líneas corresponde al escudo de la República de Mauricio, la cual incorpora un dodo rampante en su parte izquierda. No es la única referencia al malogrado ave: En Alicia en el País de las Maravillas, un dodo organiza una absurda carrera en la que decide que todos han ganado y, por tanto, todos deben recibir un premio.

Fuente: wikipedia y cabovolo.

Xenicus de Lyall (Xenicus lyalli).

A finales del siglo XIX se construyó un faro en la isla Stephen, una peña solitaria situada entre las dos islas principales de Nueva Zelanda. D. Lyall, el guardián del faro, se llevó consigo un gato, el cual no paraba de llevarle unos extraños pajaritos que capturaba. Aficionado a la ornitología, el farero decide disecarlos y enviar diligentemente algunos espécimenes al Museo de Wellington. Allí, el director se emocionó mucho porque el ave era una reliquia, una especie de reyezuelo no volador, único ejemplar de insersores no voladores que se había encontrado. Salió inmediatamente hacia la isla, pero cuando llegó, el gato los había matado todos. Lo único que queda de la especie, que vivía sobre este islote rocoso y en ningún otro lugar, son 12 individuos disecados por Lyall.

Xenicus de Lyall. Fuente.

Tristemente, el xenicus de Lyall constituye un caso único en la historia de especie que se extingue casi al mismo tiempo de ser descubierta para la ciencia, ya que fue descrito en 1895 por Lionel Walter Rothschild, que se lo dedicó a D. Lyall, guardián del faro de la isla Stephen y dueño del "gato extintor", al que no considero responsable de la extinción, ya que simplemente se limitó a seguir sus instintos de animal predador.

Fuente: wikipedia.

Periquito de Carolina (Conuropsis carolinensis).

El periquito de Carolina, con su cuerpo verde esmeralda y la cabeza dorada y roja fue, posiblemente, el ave más bella que haya vivido en Norteamérica, ya que los loros no suelen aventurarse tan al norte. El interés que mostraban las aves por los graneros, hizo que los campesinos comenzaran a verlas como una plaga y a matarlas por cientos.

Periquito de Carolina. Fuente.

Resultaban fácil de cazar, ya que volaban en bandadas muy densas y tenían la peculiar costumbre de, tras la natural reacción de remontar el vuelo al oír un tiro, volver casi inmediatamente a ver lo que les había pasado a los compañeros caídos. Así lo describe Charles Willson Peale en su clásico Ornitología Americana:
A cada descarga sucesiva, aunque caían montones de ellos, el afecto de los supervivientes parecía más bien aumentar; porque, después de dar unas cuantas vueltas alrededor, volvían a posarse cerca de mí, mirando hacia abajo, a sus compañeros muertos, con tan manifiestos síntomas de compasión y preocupación como para desarmarme del todo".
La especie fue descrita por primera vez en 1758. En 1918, el último ejemplar, llamado Inca, murió en el zoológico de Cincinnati, donde cuatro años antes también murió Martha, la última paloma migratoria Ectopistes migratorius. Inca fue disecada y... perdida años después por el zoológico. En este caso, la extinción fue consecuencia del sentimental afecto de los periquitos hacia sus congéneres, aunque la causa habría que buscarla en el eterno conflicto entre los humanos y cualquier especie que se atreva a saquear sus reservas de alimentos.

Fuente: wikipedia (en portugués).

Curruca de Bachman (
Vermivora bachmanii).

Originaria del sudeste de Estados Unidos, la curruca de Bachman era famosa por su canto, excepcionalmente bello. Su población nunca fue numerosa, y fue disminuyendo hasta que desapareció del todo en los años treinta. Pasaron varios años en los que estuvo considerada extinta, hasta que en 1939, por una afortunada coincidencia, dos amantes de los pájaros que vivían en localidades muy alejadas entre sí, se toparon con dos supervivientes solitarios con sólo dos días de diferencia. Ambos los mataron.

Curruca de Bachman. Fuente.

En la actualidad se considera 1964 como el año "oficial" de su extinción, aunque, al parecer, el 14 de enero de 2002, un ave de similares características al vermivora bachmanni fue filmado en Guardalavaca, Cuba, dando la posibilidad de que esta especie siga con vida. No hay ni rastro del vídeo en la red, lo que me hace tener serias dudas sobre su existencia...

Fuente: wikipedia.

Lobo marsupial (Thylacinus cynocephalus).

También conocido como lobo de Tasmania, tigre de Tasmania y tilacín, fue un marsupial carnívoro nativo de Australia y Nueva Guinea. Es probable que se extinguiera del continente australiano hace aproximadamente dos mil años. Se culpa de la extinción a la competencia con los humanos y dingos, aunque hay dudas sobre el impacto de estos últimos, ya que el dingo es un predador diurno, mientras que el tilacino cazaba mayoritariamente por la noche, aunque sí que pudieron competir por el alimento ya que compartían presas.

Tilacino. Fuente.

Pese a que existió un movimiento a favor de la protección de los lobos marsupiales desde 1901, la protección oficial de la especie por parte del gobierno de Tasmania fue promovida el 10 de julio de 1936. El último ejemplar, conocido como Benjamin, murió el 7 de septiembre de 1936, cincuenta y nueve días después de la entrada en vigor de la ley, en un zoológico privado de Hobart. Se cree que la causa de la muerte fue la negligencia, ya que quedó aislado en el exterior de su refugio, quedando expuesto a un acontecimiento meteorológico raro en Tasmania: un calor sofocante durante el día y temperaturas glaciales por la noche. Su cuerpo, como en otras ocasiones, fue arrojado a la basura. El siguiente vídeo fue filmado por el naturalista David Fleay en 1933, y muestra a Benjamin en el zoológico de Hobart.



Los protocolos internacionales exigen que cualquier animal del cual no se hayan encontrado ejemplares en cincuenta años, sea considerado extinto. Eric Guiler y David Fleay, tras la muerte de Benjamin, buscaron ejemplares vivos en el noroeste de Tasmania y encontraron huellas y excrementos que podrían haber pertenecido al animal, aunque no pudieron aportar pruebas sobre su existencia en estado salvaje, por lo que, en 1986, la especie cumplió este criterio y fue declarada oficialmente extinguida. Al igual que el dodo, el tilacino también forma parte del escudo de su país, Tasmania, como veis en la imagen de la derecha.

Fuente: wikipedia. Del vídeo: youtube.

Viendo que el post se está haciendo demasiado extenso, lo vamos a dejar aquí, no sin comprometerme antes a publicar próximamente una segunda parte de la entrada. Las fuentes consultadas para cada especie podéis encontrarlas en sus apartados individuales, aunque la mayor parte de los datos están extraídos de la obra de Bill Bryson Una breve historia de casi todo, cuya lectura recomiendo encarecidamente siempre que se me presenta la ocasión.

Si te ha gustado, quizá te apetezca darle un meneo...

Actualización 3 de julio: El gran Amio Cajander me aporta este enlace, en el que se comenta que se va a subastar en Christie’s el original del dibujo del siglo XVII considerado como la última representación gráfica tomada de un dodo vivo y que podéis ver en esta misma entrada.

Gracias, Amio...

sábado, 6 de junio de 2009

"¡Eureka!", dijo Arquímedes...

La leyenda cuenta que Arquímedes saltó de la tina donde se estaba dando un baño, y, emocionado, salió desnudo a la calle gritando "¡Eureka!" ("¡Lo he encontrado!"). La famosa anécdota ha llegado hasta nuestros días gracias a la obra de Vitrubio, ya que no aparece mencionada en ninguno de los trabajos conocidos del genio de Siracusa. Los acontecimientos que llevaron a Arquímedes a interrumpir su baño fueron estos:

Hierón II, gobernador de Siracusa, había encargado una corona triunfal de oro macizo. Sospechando que el orfebre había empleado también plata en su elaboración, le encargó a Arquímedes que descubriera si había sido engañado, pero sin dañar la corona. Mientras se bañaba, observó cómo el nivel del agua subía a medida que su cuerpo se sumergía, cayendo en la cuenta de que el volumen de líquido desalojado coincidía con su volumen corporal. Por lo tanto, al sumergir la corona, ésta desplazaría una cantidad de agua igual a su propio volumen. Conociendo este dato, y dividiendo el peso de la corona entre su volumen, se obtiene la densidad de la corona, que debe coincidir con la densidad del oro, siempre que en su composición no se empleara ningún otro metal, ya que su densidad en ese caso sería diferente.

Arquímedes pensativo, de Domenico Fetti (1620)

Personalmente, dudo que el volumen de agua desalojada pudiera calcularse con la suficiente exactitud como para emitir una conclusión totalmente fiable. Arquímedes podría haber buscado la solución en el principio de la hidrostática descrito en su tratado Sobre los cuerpos flotantes, conocido como el principio de Arquímedes: un cuerpo total o parcialmente sumergido en un fluido estático, será empujado con una fuerza ascendente igual al peso del volumen de fluido desplazado por dicho objeto. Usando este principio, habría sido posible comparar la densidad de la corona dorada con la de oro puro al usar una balanza. Situando en un lado de la balanza la corona a investigar y en el otro una muestra de oro puro del mismo peso, se procedería a sumergir la balanza en el agua. Si la corona tuviese menos densidad que el oro, desplazaría más agua debido a su mayor volumen y experimentaría un mayor empuje que la muestra de oro. Esta diferencia de flotabilidad inclinaría la balanza de la manera que podéis ver en la animación:


Una vez dicho esto, os lanzo la siguiente pregunta: estamos en un estanque a bordo de una barca, dentro de la cual hay una piedra. Si lanzamos la piedra al agua, ¿qué ocurriría con el nivel del agua si fuésemos capaces de medir su variación?

Fuentes: wikipedia uno, dos y tres.

lunes, 1 de junio de 2009

Deja que Mozart te vuelva a sorprender

Cuando al descomunal talento creativo de Mozart se le une el virtuosismo interpretativo de un genio, uno sólo espera estar delante para disfrutarlo, o al menos, que una cámara inmortalice el momento.

Si resulta que no se trata sólo de un músico, sino de dos. Y que han decidido demostrar su pericia interpretando la Sonata para piano K.331 (también conocida como Marcha Turca) con un único instrumento, haciendo sonar una guitarra española a cuatro manos simultáneamente, no podéis negarles los 2:29 minutos de vuestro tiempo que dura el vídeo.

Disfrutad del espectáculo.



Al menos yo, sigo con la boca abierta...

Fuente: wikipedia y youtube.

Actualización. Aprovechando que sacáis el tema de Mozart, en 2006 el diario alemán Der Spiegel anunció la aparición en Baviera de un daguerrotipo con la imagen de Constanze Mozart, esposa del compositor, junto a su familia. Dicha imagen debió ser tomada en torno a 1840, cuando Constanze contaba con 78 años, y sólo dos antes de su fallecimiento. Es la figura situada más a la izquierda, con el pañuelo blanco en la cabeza.

No sé a vosotros, pero ver la fotografía ha convertido a Wolfgang Amadeus Mozart en una figura más contemporánea. Como si el hecho de que su esposa haya tomado parte de una técnica tan modernista, lograra acercar la figura de su marido hasta nuestros días, proyectarlo desde los retratos del lejano Barroco, y tener la sensación de que no hace tanto tiempo que vivió y compuso su inigualable legado musical...

Fuentes de la actualización: wikipedia 1 y 2.
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