Hay quien considera la fama como un fin en sí mismo, un objetivo al que perseguir sin importar qué es lo que puedes ir dejando por el camino. No parecen entender que, al igual que otras recompensas que la vida otorga a algunos elegidos, el reconocimiento general a su obra acabará llegando, en caso de merecerlo, en forma de consecuencia. Buscarla directamente como una meta, o focalizar toda una vida profesional a conseguirla es apostar por el caballo perdedor y, en la mayoría de las ocasiones, malgastar unos recursos que alguien más íntegro podría haber aprovechado de manera más honesta...
El párrafo anterior tendrá más sentido después de leer la entrada, aunque el título ya os habrá orientado lo suficiente como para saber de qué os quiero hablar hoy. La idea del post surgió tras leer un artículo publicado en El País el pasado 6 de diciembre, en el que se hacía eco del monumental escándalo provocado por los conocidos oficialmente como "
hallazgos epigráficos de Iruña-Veleia", yacimiento situado a escasos 11 kilómetros de Vitoria-Gasteiz. Pero vamos a abordar los acontecimientos con un cierto orden cronológico.
En 2001, el arqueólogo vitoriano
Eliseo Gil, consigue una subvención de 3,72 millones de euros de una empresa pública dependiente del gobierno vasco, Euskotren, para que su empresa, Lurmen, SL, realice unas excavaciones en el mencionado yacimiento de Iruña-Veleia. Entre 2005 y 2006, el equipo de Eliseo Gil descubre un total de 65
óstracas (piezas de cerámica que contienen escritos), con inscripciones (llamadas
grafitos) que, de revelarse como auténticas, modificarían varios capítulos en los libros de historia, al situar en la antigua ciudad de Veleia los primeros testimonios conocidos en lengua vasca, datados entre los siglos IV y VI, convertir la zona en auténtico centro neurálgico de la posición emergente del cristianismo en la Roma del siglo III y situarla en los mapas por ser la ciudad donde se descubrió la primera representación del Calvario de la que se tendría constancia...
Las piezas son presentadas en junio de 2006 a los medios de comunicación, antes incluso de ser contrastadas por la comunidad científica. Se altera así, el lógico proceso que debe seguirse en estos casos, y que podríamos resumir así: en lugar del
descubro-contrasto-anuncio, cambio el orden por un
descubro-anuncio-ya contrastaré más adelante, cuando se apaguen los flashes de las cámaras. Desde el principio, la comunidad científica sospechó del hallazgo y se mostró reticente a pronunciarse sin un estudio profundo de las
óstracas.
Como consecuencia de la sospecha generalizada, una comisión científica formada por 26 expertos investiga durante todo 2008 la autenticidad de las
óstracas , presentando el 19 de noviembre de 2008 su informe. La conclusión, así de rotunda:
la totalidad de las piezas, las 65 óstracas, son falsas. Si os interesa el tema y queréis profundizar un poco más entre los documentos oficiales, desde este enlace podréis acceder a todos los informes completos de la comisión de investigación, así como los elaborados por parte de Eliseo Gil y sus colaboradores para intentar demostrar la autenticidad del hallazgo. También encontraréis un extenso dossier de fotografías de las piezas estudiadas. Desde el punto de vista oficial, el sitio más completo para encontrar información al respecto. A mí me resulta imposible en un solo post hacer algo más que arañar la superficie de esta increíble tomadura de pelo (presunta, presunta...)
A raíz del resultado del informe, en el mes de marzo de 2008, la Diputación Foral de Álava denuncia ante la Fiscalía de Vitoria-Gasteiz a la empresa Lurmen SL, concesionaria de las excavaciones. La demanda plantea un presunto delito de ataque al patrimonio cultural. En abril de ese mismo año, es el turno de Euskotren. La empresa patrocinadora lleva a los tribunales a Gil por un supuesto delito de estafa.
La sociedad pública le reclama 708.127 euros por dos conceptos: 696.127 euros de las ayudas recibidas. Los 12.000 euros restantes le son reclamados por algo que no deja de tener hasta gracia: se corresponden con la factura pagada al hotel por el acto en el que se dieron a conocer los hallazgos. La respuesta del arqueólogo fue denunciar a todo el que se cruzara en su camino, acusándolos de los delitos de allanamiento, injurias, prevaricación y coacciones... Atentos a la lista de personas contra la que se querelló: la diputada foral de Cultura, Lorena López de Lacalle, el director de su departamento, Agustín Otsoa, el jefe del servicio de Patrimonio Histórico-Artístico y Arqueológico, Félix López, y dos profesores de la UPV, Juan Antonio Quirós Castillo y Julio Núñez. En mayo, el Juzgado de Instrucción número 3 dictó un auto de sobreseimiento de la denuncia de Eliseo Gil contra la Diputación y la UPV, es decir, que todas las denuncias que presentó han sido archivadas...
El 16 de enero de 2009, Miguel Ángel Berjón, Jose Ángel Apellániz y Carlos Crespo,
tres arqueólogos que que formaban parte del equipo de Eliseo Gil, y que en enero de 2007 habían abandonado las excavaciones,
comparecieron en una rueda de prensa, acompañados por la diputada foral de Cultura de Álava, Lorena López de Lacalle
, para hacer pública una declaración conjunta en la que denunciaron el método de trabajo empleado por la empresa Lurmen, SL. Entre los "piropos" que dedicaron a Eliseo Gil y las explosivas declaraciones sobre los "peculiares" métodos de trabajo seguidos en el yacimiento, me quedo con ésta: "
Ninguno de los grafitos excepcionales fue detectado por nosotros en el momento de su extracción, sino en el del lavado, en el que trabajaba personal de Lurmen".
«Algo huele a podrido en Dinamarca...» (esta cita de Hamlet la incluyo yo, no pertenece a los arqueólogos)
Siguiendo el orden cronológico de los hechos más significativos de esta historia, el acontecimiento más actual tuvo lugar
el 30 de junio de 2009, fecha en la que Eliseo Gil estaba citado a declarar ante el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Vitoria por las dos querellas criminales interpuestas contra él. Como aún no se conoce la resolución judicial, guardaré una cauta prudencia acerca de la presunta culpabilidad del arqueólogo en la trama, aunque para mí, el fraude es tan burdo que puede considerarse un insulto a nuestra inteligencia. Y si no me creéis, no os perdáis las fotos de algunas de las
óstracas que han pretendido hacer pasar por milenarias. Aunque tengo mi opinión, en la medida de lo posible voy a intentar publicar literalmente las declaraciones de los expertos sobre cada una de las piezas. Y, si queda hueco, incluiré la mía...
Esta es la pieza estrella del hallazgo, y la causante de los primeros rumores de fraude. Como podéis ver, se trata de la imagen de un hombre crucificado. A ambos lados, dos cruces más y a los pies de la primera, lo que ha querido interpretarse como dos figuras humanas arrodilladas. Sobre la cabeza del crucificado principal, lo que parece ser un RIP. En boca de Alicia M. Canto, profesora de Epigrafía de la Universidad Autónoma de Madrid "
es imposible que un cristiano ponga RIP en un crucifijo, es contradictorio". "
¿Y quién dice que pone RIP?", fue la increíble réplica de Eliseo Gil...
RIP
son las siglas de
Requiéscat in Pace, literalmente "Que descanse en paz". Si bien es cierto que se trata de un epitafio que comenzó a utilizarse justo en la época en que ha sido datada, es una fórmula muy escasamente utilizada en la Antigüedad cristiana, apenas una docena de ejemplos, y que, por supuesto, no parece la más apropiada para ponérsela a Jesucristo, al menos por alguien que conociera los evangelios, ya que implica reconocer su muerte, y la piedra angular sobre la que gira todo el cristianismo es la no-muerte del mesías, es decir, su resurrección "al tercer día". Otro aspecto que no conviene olvidar es el siguiente, recogido de
terraeantiqvae: A causa de la persecución que durante los primeros siglos de nuestra era sufrían los cristianos por parte del poder de Roma, si alguien era sorprendido dibujando una cruz en el siglo III, la pena que ello podía conllevar era la muerte. No hace falta que os cuente lo que sucedería con aquel que fuera descubierto, o identificado como autor, de un dibujo tan explícito como el anterior, con la representación del calvario...
Esta
óstraca muestra una figura femenina descabezada, desnuda, con su mano izquierda entre las piernas en la zona de sus genitales. La descripción es mía, y he intentado que fuera totalmente objetiva, es decir, sin incorporar a la exposición el componente subjetivo que me asalta viendo la imagen. ¿O es que alguno de vosotros no ha notado el aire erótico que despide la figura? Julio Núñez, arqueólogo, profesor titular de la Universidad del País Vasco y uno de los 26 expertos de la comisión, sonríe al verla de nuevo, y comenta: "
El desnudo femenino en la antigüedad es símbolo de pureza. Se representan diosas, alguna emperatriz. En esta pieza no se sabe bien que está haciendo la Venus. Los atributos mamarios no son de la época". Coincido plenamente: los "atributos mamarios" son de nuestra época, ¿o no? De paso, nos aporta un dato nuevo, fundamental diría yo, sobre las
óstracas: observó que las incisiones no llegaban hasta el borde de la pieza, lo que debería suceder si, como nos quieren hacer creer, los
grafitos se realizaron sobre piezas grandes que posteriormente se rompieron en trozos, que son precisamente las
óstracas descubiertas. La única explicación a este hecho pasa porque alguien hiciera la inscripción sobre los trozos de cerámica descubiertos en el yacimiento
. "
Las piezas son auténticas, pero los grabados, no". Preguntado Eliseo Gil por esta pieza, su respuesta vuelve a sonarme evasiva : "
A mí me parece posible que pertenezca a esa época. Puede ser arte popular".
No os perdáis esta: el texto que veis en la imagen superior está escrito en el borde de un plato... perdón, es que no me puedo creer el valor demostrado por esta gente...
¡¡en jeroglífico egipcio!!! Si no se tratara de un engaño, deberíamos creer que en el siglo III, vivió en este pequeño núcleo (y no por ejemplo en la cercana Tarraco, auténtica metrópolis de la época), un personaje que tenía conocimientos acerca de una escritura que sólo podía dominar alguien de elevada formación, por ejemplo, un sacerdote. Eso sin tener en cuenta de que se trata de jeroglíficos sencillos de la época más antigua, usados en Veleia casi 500 años después de que se dejará de utilizar en el mismo Egipto. Montserrat Rius, egiptóloga y miembro de Arqueología de la Universidad de Tübingen, en Alemania, declaró al respecto: "
He de decir que no he visto un jeroglífico tan tardío, en el siglo III. Desde luego, hay numerosos grafitos sobre diferentes soportes de este estilo, pero siempre en épocas muy anteriores, del milenio anterior al nacimiento de Cristo". Y yo añado: "
Ni lo volverás a ver". La Sra. Rius, tras estas declaraciones y algunas reacciones acerca de su competencia, desapareció del equipo.
En la imagen superior, sobre hueso, el nombre
Nefertiti (
NIIFIIRTITI). Así opina Edmund S. Meltzer, egiptólogo: "
Es sorprendente encontrar el nombre de la reina Nefertiti en la época romana, porque ella y su marido, el famoso Akhenaton, tenían una malísima reputación, y por lo general sus nombres eran olvidados". Más convincente incluso suenas las palabras de Juan Carlos Moreno, egiptólogo y miembro del CNRS: "
El nombre Nefertiti es una convención moderna que nada tiene que ver con la manera como se pronunciaba realmente en Egipto. De la misma forma que nunca podrían haber sido escritas así en época romana, pues se trata de convenciones modernas, y específicas de la bibliografía en español. Resulta inadmisible, por tanto, que alguien en el siglo III tuviera no sólo conocimiento del nombre de esta reina, sino que, al escribirlo, no lo hiciera tal y como sonaba, sino que utilizase, casualmente, los mismos criterios arbitrarios de vocalización inventados a finales del siglo XIX". Es que ya ni se me ocurre nada qué decir...
Lamentablemente, no he encontrado ninguna imagen de las
óstracas con las palabras en euskera. Parece ser que sí fueron anunciados en prensa, pero no se documentaron fotográficamente. Pero por lo que se recogía en el informe, podían leerse palabras como "zuri", "urdin", gori" (blanco, grisáceo, rojo) o "edan", "ian", "lo" (beber, comer, dormir). Recurrimos a las declaraciones de Blanca Urgell, Doctora en Filología Vasca: "
Hay palabras que llevan la marca del artículo, que se incorpora a partir del siglo VIII. Para decirlo de forma sencilla: el euskera del siglo III, que sin duda lo hubo, no tendría el aspecto que muestran estas inscripciones, sino mucho más arcaico. Nos parece imposible que, en quince siglos, ninguna de esas palabras haya cambiado". Otro de los
grafitos en euskera rezaba "
Iesus, Ioshe ata ta Mirian ama", traducido como
Jesús, padre José y madre María, en alusión a la Sagrada Familia. También aquí se dejaron pillar. Joaquín Gorrochategui, catedrático de Lingüística Indoeuropea de la Facultad de Filología e Historia de la UPV, hablando sobre el
grafito de la Sagrada Familia: "
Tras el nombre de Jesús se percibe una coma gráfica en función sintáctica, fenómeno para mí totalmente inédito en la epigrafía latina". Coincide en esta afirmación Henrike Knörr, catedrático de Filología Vasca de la UPV, quien además aporta otras de las muchísimas "
perplejidades en cadena" con las que el equipo investigador se había encontrado, como la supuesta aparición de la palabra
"iankoa" (jainkoa, señor en euskera) con el artículo, "
cuando se supone que éste lo utilizó la lengua vasca siglos después, basándose en las lenguas románicas".
Y así podríamos seguir hasta aburrirnos, publicando fotografías y aportando declaraciones de verdaderas personalidades en su materia que, con razonamientos y pruebas científicas, no dudan en afirmar lo ya dicho en este post:
la totalidad de las piezas, las 65 óstracas, son falsas. Se trata de un fraude monumental, que a ratos parece perpetrado por manos infantiles y a ratos se muestra tan excesivamente complejo y tan generoso en la cantidad de
óstracas aparecidas, que más bien parece planeado por una mafia numerosa y medianamente documentada. Pero si un arqueólogo se presentara en vuestro despacho, o en vuestro domicilio, con piezas como las que veis bajo estas líneas, afirmando que tienen 1.700 años de antigüedad, decidme si no os daría la risa al comprobar lo evidentemente mal falsificadas que están:
A mí, desde luego, me parecen infames. La última, por cierto, representa dos hombres en unas letrinas corridas, Ellos están usando dos agujeros, y los dos de la derecha permanecen libres. Vamos, lo habitual hoy en día también: habiendo sitios vacíos más alejados, sentarte a evacuar justo al lado de alguien. Para tener con quién hablar, supongo... Para la del cerdo, es que no encuentro palabras, así que si a alguien se le ocurren, que las comente... ¡Ah! Me olvidaba de una muy buena. Aquí la tenéis:
Dos piezas, una con un "SI" y la otra con un "NO". Para ayudarte a decidir tu postura: ¿fraude o injusticia? En fin, que me dejo un millón de datos e imágenes, que perfectamente podrían ser publicados, en el tintero. Cuanto más investigaba sobre el tema, más información nueva aparecía en mi monitor, hasta que me he visto totalmente saturado y obligado a filtrar. Así que concluyo con una reflexión: sin preocuparme lo más mínimo cómo solucionará Eliseo Gil el problema de los más de 700.000 euros que le reclama Euskotren, su "presunta" responsabilidad ideológica en el fraude de los "
hallazgos epigráficos de Iruña-Veleia" le pasará su factura. No me cabe la menor duda. Antes o después, pero llegará (ya habrá llegado...) en forma de descrédito, desconfianza y desprestigio hacia él por parte de su entorno profesional y, lo que es peor, de los escasos mecenas arqueológicos que aún existan en este país. Hay estigmas que no se despegan ni con agua caliente, y el que se ha instalado junto a él, ha llegado con la firme intención de quedarse. Mejor que se acostumbre pronto a su compañía...