Los datos son los siguientes: el décimo y la página del teletexto son del mismo sorteo, no hay truco de fechas, ni Photoshop por medio. Si ambos números hubieran coincidido, el papelito de la imagen valdría 60.000€. Los números anterior y posterior, que es nuestro caso, obtienen un premio de 1.200€, y la centena del primer premio, es decir, los números desde el 83.000 hasta el 83.999, se pagarían a 30€.
Suponiendo que fueras tú quien sujeta el décimo, ¿con cuál de estas dos posturas te identificarías más?:
- He tenido mala suerte. No me ha tocado el primer premio por un solo número.
- He tenido buena suerte. He ganado 1200€ por un solo número (el 83.985 tendría un premio de sólo 30€)
Intentad no quedaros estancados en la tercera postura: he ganado 1.200€, por lo tanto he tenido buena suerte. Esa premisa peca de simplismo y no tendría ningún debate. Bueno, sí podría haberlo, pero sería como preguntaros ¿qué preferís, que os toque la lotería o que no os toque?. Por lo tanto, esta opción no debe formar parte del dilema.
Lo que me gustaría saber es cómo os sentiríais con la ganancia de los 1.200€. ¿Afortunados por haber conseguido un premio "medio" y haber estado tan, tan, pero tan cerca de perderlo y ganar sólo 30€?. ¿O desafortunados por haber estado tan, tan, pero tan cerca del premio gordo y haber ganado "sólo" 1.200€?
No pretendo realizar un estudio sociológico, ni publicar una tabla de resultados en la prensa local. Mucho menos juzgaros por vuestras respuestas. Recordad que este blog se llama Coscorrón de Razón, y las razones de cada uno son vuestra verdad (o al menos deberían serlo). Dicho de otro modo, todas las respuestas que publiquéis en esta entrada, eligiendo una u otra forma de afrontar el dilema (si sois sinceros con vosotros mismos) serán "correctas". Porque vuestras razones serán válidas para vosotros, en exclusiva, y desde el instante que os posicionéis junto a una de las opciones, esa decisión adquiere categoría de verdad absoluta. Si intentara presentar mi decisión, fruto de mis razonamientos personales, como dogma frente a quien haya elegido la contraria, buscando que cambie su respuesta por considerar que está equivocada, no sería digno de administrar este blog o cualquier otro que incluyera en su título la palabra razón.
Los ejemplos sirven para clarificar discursos tan espesos como el que os acabo de soltar: Si durante toda mi vida he tenido mala suerte, he sido un completo desgraciado que ha acabado ganándose en el barrio una merecida fama de fracasado, Joaquín Sabina se inspiró en mi vida cuando compuso la letra aquella de "pongo un circo y me crecen los enanos", y de golpe me caen 1.200€, me consideraré, en ese momento, más que afortunado. En cambio, si todos mis compañeros de la oficina compraron el número premiado, pero como a mí no me hacen tilín los décimos terminados en tres, lo rechacé y compré el que terminaba en cuatro, pues qué os voy a contar, que he tenido muy mala suerte al ganar un premio de 1.200€... ¿Quién puede discutir que alguno de ellos se equivoca en su elección?
Intentad imaginar que de verdad la foto se hizo en vuestra casa, que el décimo está guardado en vuestra cartera, y permitid que os asalten los sentimientos de alegría o de rabia, viendo cuál de los dos decide quedarse finalmente junto a vosotros por más tiempo o con más ganas, y pasad de nuevo por aquí a comentarlo, que estoy impaciente por escucharos. Yo también publicaré mi postura, porque sería un poco indigno quedarme al margen, ¿no?
Lo que me gustaría saber es cómo os sentiríais con la ganancia de los 1.200€. ¿Afortunados por haber conseguido un premio "medio" y haber estado tan, tan, pero tan cerca de perderlo y ganar sólo 30€?. ¿O desafortunados por haber estado tan, tan, pero tan cerca del premio gordo y haber ganado "sólo" 1.200€?
No pretendo realizar un estudio sociológico, ni publicar una tabla de resultados en la prensa local. Mucho menos juzgaros por vuestras respuestas. Recordad que este blog se llama Coscorrón de Razón, y las razones de cada uno son vuestra verdad (o al menos deberían serlo). Dicho de otro modo, todas las respuestas que publiquéis en esta entrada, eligiendo una u otra forma de afrontar el dilema (si sois sinceros con vosotros mismos) serán "correctas". Porque vuestras razones serán válidas para vosotros, en exclusiva, y desde el instante que os posicionéis junto a una de las opciones, esa decisión adquiere categoría de verdad absoluta. Si intentara presentar mi decisión, fruto de mis razonamientos personales, como dogma frente a quien haya elegido la contraria, buscando que cambie su respuesta por considerar que está equivocada, no sería digno de administrar este blog o cualquier otro que incluyera en su título la palabra razón.
Los ejemplos sirven para clarificar discursos tan espesos como el que os acabo de soltar: Si durante toda mi vida he tenido mala suerte, he sido un completo desgraciado que ha acabado ganándose en el barrio una merecida fama de fracasado, Joaquín Sabina se inspiró en mi vida cuando compuso la letra aquella de "pongo un circo y me crecen los enanos", y de golpe me caen 1.200€, me consideraré, en ese momento, más que afortunado. En cambio, si todos mis compañeros de la oficina compraron el número premiado, pero como a mí no me hacen tilín los décimos terminados en tres, lo rechacé y compré el que terminaba en cuatro, pues qué os voy a contar, que he tenido muy mala suerte al ganar un premio de 1.200€... ¿Quién puede discutir que alguno de ellos se equivoca en su elección?
Intentad imaginar que de verdad la foto se hizo en vuestra casa, que el décimo está guardado en vuestra cartera, y permitid que os asalten los sentimientos de alegría o de rabia, viendo cuál de los dos decide quedarse finalmente junto a vosotros por más tiempo o con más ganas, y pasad de nuevo por aquí a comentarlo, que estoy impaciente por escucharos. Yo también publicaré mi postura, porque sería un poco indigno quedarme al margen, ¿no?
21 comentarios
Me quedo con la mala suerte. Después de tantos años jugando y sin que me toque nada va y por un solo número no me toca.....mala suerte,,, sin contemplaciones...jejejejej
saludos
Hace unos cuantos años... mi abuela, que en paz descanse, un día echó una quiniela. Nunca lo hacía pero ese día lo hizo (no se bien porqué).
En el Telediario de la 1, por la noche, un jovencísimo Matías Prats salió diciendo que los de 13 (Y mi abuela los tenía) cobrarían ¡¡¡14 millones de pesetas!!! ...
en 10 minutos había repartido mentalmente entre la familia todo el dinero... cuando Matías salió de nuevo a decir que había sido un error, los de 13 cobrarían 14.000 pesetas...
Eso si fue un disgusto. Para alguien que solo jugó una vez a las quinielas ganar 14.000 pesetas
es una buena suerte digna de elogio.
Para mi abuela, Matías Prats siempre fue "ese que le robó más de 13 millones de pesetas"...
Hola Moisés.
Anoto el primero en "mala suerte".
Por cierto, confía en la estadística: cuantos más años lleves jugando, más posiblidades tienes de que, antes o después te acabe tocando, desde luego muchas más que un novato que no haya jugado en su vida y compre su primer décimo... Eso sí, la estadística no te dice que el premio sea imposible que le toque al novato. Podría suceder, porque la estadística tampoco tiene sentimientos ni entiende de justicia. (pero como le toque al novato la primera vez que juega y me le encuentre, verás...)
Un saludo
Hola Amio.
Fíjate, en el anterior comentario estaba dando ánimos a Moisés, defendiendo la casi-imposibilidad de que un novato, en su primera participación consiga el premio, y llega tu abuela y me desmonta todo el chiringuito!! Tendría que haber leído también el tuyo antes de responderle... En fin, nada grave. Curioso es lo de tu abuela, en paz descanse, vaya mano con las quinielas, no? De todas formas has introducido una variable distinta: asumes haber ganado el premio gordo, y después tienes que cambiar el chip para afrontar que no lo has ganado, que sólo tienes el premio chico... Con tu matiz, yo me consideraría desafortunado. A ver cómo eliminar el recuerdo de haber tenido 14 millones, cuando no tienes más que 14.000 pesetillas...
Pero no te has posicionado con las condiciones que yo os doy, verdad?
Vuelve por aquí y elige, anda...
Un saludo
Primero pensaría, "me c... en tal y en cual, con la morterada que me podía haber caído".
Segundo, diría, "bueno, pero 1.200 del ala, no están mal, ya tengo para unas gambitas para mi santa y para mí".
Y por último, llegaría a la triste realidad... "es que, el que nace p'a maceta, no sale del corredor".
Pero esto último lo pienso yo que soy un pesimista empedernido, así que disfruta de tus 1.200 euracos y a ponerte ciego a gambas con tu santa y tu churrumbel. ;)
¡Un abrazo!
Mala suerte, o una putada, como ustedes quieran, por un jodido número no tienes una buena pasta, a mi pasó con el cuponazo de la once, todos bien, excepto el del medio, y para joder un poco más tenía hasta la serie, osea que apuntame en los de la mala suerte. Saludos.
Aquí vengo de vuelta... (a mojarme)
Para mi la respuesta a la pregunta esta muy determinada por el modo de recibir la información.
si me entero después del sorteo (es decir no lo presencio, cao de la foto) me consideraría afortunado.
Si presencio el sorteo y la salida de números fuera como en Navidad también me consideraría afortunado (por muy próximo que fuera mi numero la probabilidad de que saliera la bola de mi numero y no la que realmente salio del bombo seria igual que la de cualquier otro de los miles de números que no me daria nada ).
Solo me consideraria desafortunado si presenciara el sorteo y este fuera como el de la Once (que van sacando una a una las bolas). El instante entre saber que tengo las cuatro primeras y que solo falta una entre diez posibilidades de ser millonario sería la clave...
bueno, tres respuestas por el precio de una...
Bueno, aprovecho para dar mi opinión sobre lo sucedido. El tonillo general de los comentarios es algo pesimista, pero yo me posiciono con la BUENA SUERTE, y os razono porqué lo pienso así:
1.- Si cuando me tocan 30€, ya pienso que he tenido buena suerte, ni te cuento con 1.200...
2.- Elegí ese décimo entre otros 15 ó 20 que estaban junto a él en la admisnistración: fue buena suerte, porque los demás no tenían premio...
3.- Hubiera sido imposible elegir el número premiado, ya que se vendió creo que en Canarias.
4.- Prefiero disfrutar del premio que he ganado, a sufrir con el premio que "pude ganar"...
En fin, cada uno tiene sus razones para considerarse afortunado o desafortunado. Estas son las mías, y, como os decía en la entrada, válidas para mí... Gracias a los que habéis participado, y gracias al Checa, que no sé porqué, su comentario no se publicó...
Pues lo dicho, a ponerte ciego a gambas con tu santa y tu churrumbel. ¡Un abrazo!
bueno.no te extrañe que no se haya publicado,lo mio con la tecnologia va desde la ineptitud y la ignorancia hasta la mala suerte pero .dont worry.un saludo
A los que como yo confiamos en que un día la suerte nos acompañe aunque sea un poquito, esto es solo una putadita que suele ocurrir muy amenudo.
Pero bueno, pasa proto y seguimos confiando que cualquier día la bonoloto nos de una alegría.
Saludos Cordiales.
Yo, sinceramente, diría ¡que mala suerte!...
A mi me paso una vez algo parecido y te cuento: Me tocó el gordo de Navida en una participación de esas que dan en la carnicerá de 0,25 €, o sea, que me toco 2.500 €. Hombre, no me vinieron mal pero enseguida pensé que ¡tambien es mala suerte que para una vez que te toca el gordo te toque en una participación tan pequeña!
Un abrazo,
Esteban
Hola de nuevo, Max. Te hice caso y hemos pasado el puente en la playa. Entre otras cosas, nos hemos puesto ciegos a gambas... Nunca hay que rechazar los buenos consejos, eh?
Un saludo.
Hola Checa. Pues mira, al final conseguiste que se publicara tu comentario, eh? así que ni ineptitud ni ignorancia...
A ver si algún día Gabi hace que nos conozcamos, no?
Un saludo
Hola Senovilla.
Tu comentario también destila un aroma pesimista, que por otra parte, es el sentimiento mayoritario. Aunque tú, al menos, sigues confiando en que algún día... no seré yo quien te diga que abandones la esperanza, aunque sí que la bonoloto es una combinación entre miles de millones. En cambio, los sorteos como la ONCE o la Lotería Nacional, es una combinación entre cien mil... y hasta aquí puedo leer...
Un saludo!!
Hola Sixto!!!
Recuerdo que me habías comentado lo tuyo con el cuponazo... Tuvo que ser duro... Yo al menos he pillado cacho, pero lo tuyo... En fin, que te apunto al numeroso grupo pesimista, aunque con tu experiencia, pensaba que lo verías más como "si al menos hubiera cogido mil eurillos..."
Bueno, paisano, que nos vemos pronto para que se conozcan nuestras familias, no?
Un abrazo!!
Hola Esteban.
Un pesimista más!!! A ti te ha pasado lo que publico en uno de los comentarios: sufriste más por lo que no ganaste de lo que disfrutaste por lo ganado, no? No creo que esos sentimientos sean del todo conscientes, es decir, que los puedas controlar, pero sí creo que hay que empeñarse en buscar el lado bueno de las cosas y aferrarse a él... De todas formas siempre podrás decir que a ti te tocó el gordo de Navidad, no?
Un saludo
en general buena suerte... si kitas las primisas simplistas "lógicas las llamaría yo" MALA SUERTE.
AKIIIIIIIIIIIIIII
Paco, tío, al final no me he enterado de cómo te posicionas... ¿Buena suerte si no le quitas las premisas "lógicas"? Si son lógicas, seguramente no puedas quitarlas...
Anda que no te hubiera gustado a ti pillarlos, eh?
Un abrazo!!
¡Oye! Pues yo diría que es de buena suerte, porque aunque no me haya tocado el gordo... ¿Cuánto he ganado con respecto al precio inicial del boleto que compré?
Un abrazo, Suso. Espero volverte a ver pronto en activo para darnos un coscorrón de razón más y, sobre todo, que mejoren las cosas por ahí.
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