EL MECANISMO DE ANTICITERA

En 1.900, un barco griego de pescadores-buceadores-recolectores de esponjas se vio desviado de su ruta a causa de una tormenta. Anclaron cerca de la isla de Anticitera, al sur de Grecia, a medio camino entre el Peloponeso y Creta. Cuando se sumergieron, hallaron los restos de un antiguo naufragio. Durante año y medio, arqueólogos submarinos rescataron de la nave estatuas de mármol y bronce, ánforas y multitud de pequeños objetos, pero al tener que bucear sin equipo, las dificultades eran inmensas. En septiembre de 1.901 se abandonaron los trabajos de rescate. Ocho meses después, Valerios Stals, un arqueólogo del Museo Nacional de Atenas estaba examinando unos restos calcificados de bronce corroído que se habían apartado, cuando observó que se encontraba ante los restos de un artefacto mecánico que, inmediatamente, debió identificar como extraordinario. En la siguiente imagen se puede observar una imagen de alta resolución y una tomografía tridimensional del mecanismo.

El artefacto de bronce data del año 65 A.C. (con unos 15 años de error máximo), y estaba originariamente montado dentro de una caja de madera con dos puertecitas. Mide 33 cm de altura, 17 cm de anchura y 9 cm de espesor, y contiene 32 ruedas dentadas y diales señalados con inscripciones relacionadas con el sol, la luna y los cinco planetas conocidos por los griegos (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno). El dial frontal marcaba la posición del sol y la luna en el Zodíaco. Los dos diales traseros indicaban el tiempo según dos ciclos astronómicos: el de Calipo (de 76 años y 940 lunaciones) y el de Saros (de 18 años y 223 lunaciones), y sin duda era usado para predecir eclipses solares y lunares. Tenía una inscripción de 3.000 caracteres que, entre otras cosas, enseñaría cómo manejar el instrumento y cómo usar las observaciones obtenidas.

Al parecer, se diseñó para seguir el movimiento de los cuerpos celestes, capaz de predecir las posiciones del sol y de la luna en el Zodíaco mediante engranajes diferenciales, lo cual es sorprendente, ya que los primeros casos conocidos hasta su descubrimiento son del siglo XVI. Estudios posteriores sugieren que el dispositivo era bastante más "inteligente". Philip Ball y Tony Freeth en el número 454 de la revista Nature, en 2008, afirman que servía para fijar con exactitud la celebración de los Juegos Olímpicos en la antigüedad (deducido a partir de una inscripción interior sobre Nemea, en referencia a uno de los juegos más importantes), al observar que anticipaba con precisión la última luna llena más próxima al solsticio de verano cada cuatro años, fecha en la que se celebraban los juegos.

Recientemente se han logrado descifrar parte de las inscripciones, lo cual ha reportado algunas sorpresas, como la aparición del nombre "ISPANIA", lo que lo convierte en la referencia más antigua a España que se conserva. La sección más completa de texto es parte de un "parapegma" (calendario astronómico), similar al escrito por Geminos alrededor del 77 A.C. También lograron descifrarse inscripciones que muestran un calendario de nombres regionales para los meses, lo que concuerda con los usados en las colonias griegas fundadas por la ciudad de Corinto, y el primer candidato es Siracusa, en Sicilia. A continuación, dos reconstrucciones donde se aprecian la cara anterior y la posterior.


















No hay menciones a este tipo de artefactos en los textos científicos, filosóficos o literarios de la antigua Grecia, ni existe un hallazgo similar en ninguna excavación arqueológica, por lo que, si no se hubiera descubierto, nadie hubiera creído que se hubiera podido fabricar algo así en aquella época. Estaréis conmigo en que constituye uno de esos hallazgos que reescriben la historia tal y cómo se conocía hasta su aparición, una hazaña de la que cualquiera desearía haber formado parte.

Fuentes: wikipedia, microsiervos, cavabolo.